¿Podemos sacar algo positivo de los últimos acontecimientos, en París y en el resto del mundo, relacionados con la violencia?.
Una persona es inteligente no porque obtenga excelentes notas en unas pruebas u otras o tenga una gran capacidad de retención memorística sino porque sabe afrontar la realidad, sabe hacer esto con criterios bien asentados haciendo de ellos luz y guía de su vida y, finalmente, sabe plantearse maneras de transformar los elementos de esa realidad de tal manera que ésta pase a ser constructiva para ella y el entorno.
En este artículo queremos echar un vistazo al atentado perpetrado contra el equipo editor de "Charlie Eqdo" no para contarles lo que ya la televisión y otros medios nos han repetido hasta la saciedad sino para aportar otros elementos de juicio y, sobre todo, para proponer maneras de transformar esta visión de la realidad que nos plantean otros tan machaconamente.
Un vistazo a la misma realidad.
1º)- No es de ahora.
Esto que sucedió en París lleva ya demasiados AÑOS sucediendo a diario en
Nigeria, Rep. Centroafricana, Sudán del Norte y del Sur, Egipto, Siria, Iraq,
Pakistán, Indonesia, Filipinas, Corea del Norte,... casi siempre a manos de los
mismos. Pero eso no era noticia porque a Occidente "no le tocaba en la
cara". Como dice un comentario: "¿Acaso esas otras vidas, miles y
miles no valen tanto como las de estos días en la capital francesa?, máxime si
se tiene en cuenta que en todos esos casos no hay ningún tipo de insulto ni
provocación hacia quienes cometen esas atrocidades en nombre de su dios?".
2º)- En todas partes cuecen habas...
En el mundo cristiano, en sus primeros tres siglos, se arremetía brutalmente
contra todo aquél que profesara la fe en Jesucristo (declararse "cristiano" significaba firmar la sentencia de muerte... igual que hoy en no pocas partes del mundo) para al cabo de unos siglos
pasar al bando perseguidor atacando a quienes no eran cristianos; era una época
en la que el poder político andaba unido al poder religioso y bajo apariencia
de intereses religiosos se realizaban acciones que en el fondo no tenían nada
que ver con la religión sino con intereses políticos y económicos
instrumentalizando a la religión "como excusa" y con la complicidad
de algunos eclesiásticos que de cristianos tenían bien poco. Entonces se hacían
estas barbaridades por falta de cultura y sobre todo por falta de verdadera
conciencia cristiana (a los gobernantes no les interesaba que el pueblo fuera
culto, fomentaban la ignorancia; hoy... no es el mismo caso porque la cultura
se ha convertido en un bien universal; los atentados de París o los de Boko Haram hace unos días en Nigeria... demuestran que para algunos el tener mucha cultura no influye, influyen otras cosas).
3º)- Hay muchas formas de matar.
Ahora nos rasgamos las vestiduras por el daño que estos terroristas han hecho
en París, pero ignoramos todo el daño secular que han hecho los gobiernos
europeos en todo el planeta: América, África, Asia,... nadie se ha librado de
su expolio, explotación, torturas,... muerte. No concluyó cuando se descolonizó
la última nación que hoy es independiente porque a aquel colonialismo ha seguido
otro aún más cruel: el que se ejerce desde mastodónticas multinacionales que
explotan los recursos de naciones enteras para el beneficio de unos pocos y
siempre con la complicidad de gobiernos títeres que favorecen este nuevo
colonialismo e intercambio asimétrico.
Nuestras propuestas.
1º)- ¿Qué es lo importante?.
El centro de atención debe seguir estando no en quienes han hecho o hacen mal
las cosas sino en quienes actúan de buena fe pero pagan todas las consecuencias
de todas las barbaries, burlas, acosos, insultos, agresiones de todo tipo (aquí
no somos Charlie ni anti-Charlie)... porque todo eso es VIOLENCIA y ella nunca
es aceptable venga de donde venga. Hoy hay muchos musulmanes que no están de
acuerdo con esta barbarie, como tampoco lo están muchos cristianos,... sin
embargo todos están sufriendo las consecuencias, los platos rotos, de tanto
daño que sólo sirve para que las actitudes intolerantes de ciertas ideologías
-laicistas- alimenten el falso sofisma de que "todo se arreglaría con
prohibir las religiones"... como si el problema fueran ellas.
2º)- El otro... es "otro yo".
Invitamos a mirar a toda persona de la misma manera con que deseamos ser
contemplados por los demás. Invitamos a llamar HERMANO al musulmán, budista,
judío, hinduísta, al creyente y al increyente, al que nos ama y al que
aparentemente nos odia o hiere (Jesús nos invita a "amar a todos, no sólo
a quienes nos aman sino también a los que se hacen nuestros enemigos"
(Mt.5,44) y a "perdonar SIEMPRE" (Mt.18,22)). Invitamos a un DIÁLOGO
cada vez más honesto y abierto en todos los foros de la vida social, cultural y
educativa en el que todos nos podamos encontrar, conocer y comprendernos. Las
religiones no son malas o buenas, porque las acciones no son suyas sino
nuestras. Y si no fuéramos capaces de actuar con estas actitudes... busquemos
en la oración, en nuestra interioridad, la fuerza que nos ayude a practicar lo
que por nosotros mismos nos sentimos incapaces.
3º)- Desde la diversidad.
Con nuestros hijos.
Con toda seguridad unos y otros habremos recibido correos electrónicos, mensajes desde las redes sociales,... también habremos leído la prensa escrita con diferentes lecturas ideológicas, etc... que nos habrán aportado una gran diversidad de puntos de vista acerca de los mismos hechos. Cada cual pone el acento en aquello que le interesa (eso es algo que forma parte de la reacción natural del ser humano) y lo difunde en su afán de recalcar eso mismo quizás con la ilusión de que de esa forma se logran afianzar los propios convencimientos.
No está mal tener esta manera de proceder pero sería mucho más constructivo adoptar una postura un poco más abierta, aprendiendo a ser capaces de mirar "en todas direcciones", razonar sobre ellas, observar sus pros y contras, contrastar sin pre-juicios, debatir sobre las conclusiones que vamos obteniendo y quedarnos al final con lo que de verdad sea bueno, justo y constructivo para todos.
- Consensuar unos criterios básicos que hemos de mantener siempre a la hora de observar la realidad tal cual sea.
- Animar a nuestros hijos a indagar sobre hechos como los sucedidos recientemente consultando diversas fuentes.
- Fomentar el análisis crítico desde los criterios que ya tenemos consensuados (no impuestos aunque obviamente sí los podemos proponer) de las diferentes formas e ideologías desde las cuales se narra una noticia.
- Establecer un diálogo abierto entre nosotros en el que NOS ESCUCHEMOS y NOS EXPRESEMOS tal como hemos visto en lo obtenido y el eco que ello ha producido en nosotros.
- Buscar conjuntamente unas conclusiones que aterricen no sólo en expresiones teóricas más o menos bien formuladas sino sobre todo en prácticas coherentes: hechos y actitudes coherentes con aquello que es bueno, justo y constructivo para todos.
Y siempre y sobre todo... animar a nuestros hijos -en sus relaciones interpersonales con sus iguales- a adoptar actitudes como:
- Hacer con los demás como a ellos les gustara que hieran consigo mismos.
- Valorar y aprender de los elementos positivos que hallen en los demás, sean cuales sean las diferencias que haya de por medio.
- Conocer y comprender los planteamientos del que es diferente a ellos sin juzgar ni condenar a la persona aunque puedan sin embargo no estar de acuerdo en algunos de esos planteamientos.
- Saber emitir una crítica centrándose en los hechos y/o actitudes, no en la persona.
- Buscar los puntos de encuentro, coincidencia,... aquello que les une mucho más que lo que les diferencia,... y desde ello construir juntos.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Qué conclusiones estamos obteniendo de los atentados de París?, ¿ y del resto de atentados en otros lugares del mundo?.
- ¿En qué nos ha ayudado este artículo para comprender la necesidad de educar en la tolerancia para una mejor convivencia?.
- ¿Qué ideas destacaríamos, y por qué, de lo hallado en esta entrada incluídos los enlaces-web que hemos ofrecido para contrastar, ampliar o profundizar?.
- ¿Nos satisfacen los niveles de tolerancia -que no indiferencia o pasotismo- que existen en nuestra familia?, ¿cómo concretar en nuestro ámbito familiar y social una mejor experiencia de tolerancia?.
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