En los
primeros años de vida de los niños, cada día trae consigo muchas preguntas para
los padres. Sobre todo porque nunca los tiempos de desarrollo de un niño son
iguales a los de sus hermanos ni de sus pares.
1. ¿Por qué se habla de “los terribles dos años”?.
En esta
etapa suele haber expresiones frecuentes de grosería.
En este punto empiezan a dejar de ser el centro de atención y la guardería les exige otro tipo de comportamientos que no están dispuestos a aceptar de manera fácil, como ser obedientes, ordenados y compartir con otros niños. Como todavía no tienen un lenguaje que les permita expresar sus sentimientos, pueden acudir a pataletas o gestos como escupir, dar puntapiés o empujar. En estos casos son muy importantes los parámetros de control y los límites que pongan los padres. La psiquiatra infantil Diana Botero Franco anota que es un comportamiento completamente normal y que sólo si hay autoagresión o agresión hacia otras personas de manera persistente amerita que el niño sea evaluado por un profesional.
En este punto empiezan a dejar de ser el centro de atención y la guardería les exige otro tipo de comportamientos que no están dispuestos a aceptar de manera fácil, como ser obedientes, ordenados y compartir con otros niños. Como todavía no tienen un lenguaje que les permita expresar sus sentimientos, pueden acudir a pataletas o gestos como escupir, dar puntapiés o empujar. En estos casos son muy importantes los parámetros de control y los límites que pongan los padres. La psiquiatra infantil Diana Botero Franco anota que es un comportamiento completamente normal y que sólo si hay autoagresión o agresión hacia otras personas de manera persistente amerita que el niño sea evaluado por un profesional.
2. De
un momento a otro aparece la inapetencia, ¿qué hacer?.
Durante
el primer año un niño puede aumentar hasta siete kilos, mientras que durante el
segundo año solamente dos. Así mismo varía la talla, pueden llegar a crecer
hasta 25 cm en el primer año y sólo 10 cm en el segundo. Esta conducta se
encuentra relacionada con sus intereses y la comida pasa a un segundo plano,
porque ahora está descubriendo su entorno. En vista de la situación, se debe
cuidar que la calidad y la cantidad de alimento que consuma sea óptima para sus
necesidades. Es la época perfecta para añadir nuevos alimentos, sabores y
texturas.
Eso es
normal. Casi todos los niños quieren estar en la cama de sus padres y se les
permite hasta cierta edad. Lo importante es que la cama de los padres no sea el
lugar para ver televisión o jugar con él, por lo menos hasta que entienda las
reglas. Por supuesto, cada vez que aparezca en la madrugada en la habitación de
los padres, deberán acompañarlo a la suya, explicándole el por qué y poniendo
límites pero sin extenderse demasiado en explicaciones: cuanto más breve y claro mejor.
4. ¿Qué
hacer con un niño que dice malas palabras?.
A
partir de los tres años palabras como “tonto”, “bobo”, suelen estar a flor de
labios de los pequeños. Ni la risa ni la extrema censura son adecuadas
reacciones de los adultos, porque pueden creer que con esas palabras logran un
objetivo (llamar la atención o herir). Lo indicado es pasarlas por alto, pero
se debe investigar muy bien dónde aprendieron esas expresiones o si están
sufriendo mal trato por parte del cuidador.
5.
¿Cómo hacer para que el cambio de pañal no sea una batalla?.
Lo que
puede ser una eterna disputa entre un padre que quiere que su hijo se quede
quieto y un bebé muy activo, es la oportunidad de un momento único en el día
que se repite en cada cambio de pañal. Tener todos los elementos a la mano, no
dejar solo ni un minuto al bebé y usar una distracción como un juguete que
emita luz para que él juegue, son buenas estrategias. El juguete aparece sólo
en los cambios de pañal y así seguramente la novedad durará un buen tiempo.
Un
mordisco ocasional puede ser algo pasajero y sin importancia. Es probable que
algunos niños pequeños, que todavía no disponen de un lenguaje suficiente,
utilicen su cuerpo para expresarse. Como padres, responder al primer intento
con claridad y con amabilidad, puede evitar una segunda vez. Si su hijo repite
un mordisco, puede ser por dos cosas: que la respuesta que recibió de los padres
no fue lo suficientemente clara para él, o que la razón por la que muerde no se
ha resuelto. Más que centrarse en el hecho de morder en sí, vale la pena ver
las causas por las que el niño o la niña necesita morder. Puede deberse a un
sentimiento de frustración, soledad, celos, impotencia o una necesidad de más
afecto y autonomía. Gritar, amenazar o castigar al niño no va a ayudar, ya que
son respuestas que no se dirigen a la causa real, el niño se sentirá peor y
morderá más. Morder a un niño “para que aprenda lo que se siente” le creará
confusión y le hará daño.
7.
¿Cómo educar niños buenos lectores?.
El
ejemplo sigue siendo el mejor maestro. Si la lectura forma parte de la vida
cotidiana de los padres y al niño se lo acerca a ella desde el juego, los colores,
la diversión y no la imposición, ese gusto vendrá por añadidura en la mayoría
de los casos.
8.
¿Cuándo debe comenzar el control de esfínteres?.
El
control de esfínteres no se aprende, se adquiere cuando el niño está maduro
para ello. Caminar, hablar, comer, son funciones que se adquieren cuando los
niños están lo suficientemente maduros. Aunque la estimulación puede influir en
algunos niños, lo cierto es que todos intentarán caminar alrededor del año,
comer alrededor de los seis meses, y controlar esfínteres entre los dos años y
medio, y los tres años. Al fijar como “normal” la edad de dos años para el
control de esfínteres, los padres han vuelto un problema algo que no lo es.
Aunque
un niño controle esfínteres durante el día, pueden pasar aún muchos meses más
hasta poder hacerlo por la noche. Usualmente se dice que luego de varias noches
con el pañal seco, el bebé está listo para dormir sin él. Antes de quitarle el
pañal, el niño debe estar de acuerdo y saber exactamente qué está ocurriendo,
qué se espera de él. Como todo proceso, el control de esfínteres no es algo
lineal, sino que habrá muchos avances y retrocesos. Esto forma parte de lo
esperable, y lo más importante es que los niños sepan que los padres los
acompañan en este proceso. Muchos niños pueden continuar presentando
“accidentes” sin que se considere un trastorno, sólo luego de los 4 ó 5 años se
puede hablar de enuresis (orinarse en la ropa durante el día o en la cama
durante la noche) o encopresis (hacerse popó en la ropa).
10.
¿Cómo motivarlo para que deje el tetero?.
En
términos generales los niños dejan el biberón cuando cumplen un año, en ese
momento ya son capaces de entender que están empezando una nueva etapa, dígale
a su hijo que ya creció y que puede alimentarse como sus padres. Trátelo como
si fuera un adulto, no le hable en diminutivos ni a media lengua, este tipo de
actitudes, así sean cariñosas crean inseguridad en los niños y retraso en el
desarrollo. Dele motivación positiva y felicítelo cuando tome bebidas en vaso
en lugar del biberón.
11. ¿Es
normal que un niño de tres años sólo quiera jugar consigo mismo?.
Alrededor
de los tres años empieza el juego social con los de su edad, aunque todavía con
individualismo. Se presenta mucho el llamado “juego paralelo” en el que varios
niños juegan el mismo juego, pero de manera independiente. Se debe buscar
evaluación profesional si el niño nunca interactúa con sus pares o adultos, si
evita el contacto visual o cualquier tipo de acercamiento.
Es un
proceso paulatino que no merece peleas ni malos tratos. Lo primero es que
aprenda a dominar los cubiertos y luego a ayudar un poco con el orden en la
mesa (no tirar alimentos al piso a propósito). Comer de acuerdo con las normas
de nuestro medio social es un aprendizaje que forma parte de la socialización y
que es tan importante como aprender fórmulas de saludo y despedida. El ejemplo
de los padres es el mejor principio.
Fuente:
Diana Botero Franco, psiquiatra infantil.
¿Qué
hacer ante una pataleta?.
- No le grites ni lo regañes. Tal vez logre inmediatamente el efecto deseado, pero la escena se repetirá y esto puede empeorar la agresividad del niño.
- Identifica el sentimiento del niño. Qué tipo de frustración, rabia, tristeza o cansancio tiene.
- Es clave hacer advertencias. Si la pataleta es en un lugar público, lo indicado consiste en llevarlo a un lugar más privado y decirle: “Si sigues comportándote así, nos vamos para la casa”. Si continúan el llanto y los gritos, cumplir con ello.
- Motiva al niño. Estimula su buen comportamiento, no todo debe ser prohibiciones.
Se
estima que de cada 10 consultas de los padres, 5 ó 6 son por necesidad de
orientación ante las pataletas de su hijo. Una respuesta oportuna y adecuada de
los padres puede cambiar la situación.
¿Tienes
alguna otra pregunta con respecto a los comportamientos de tu hijo?.
- El niño de 0 a 3 años.
- Las 10 preguntas más frecuentes durante los 6 primeros meses del bebé.
- 10 preguntas sobre la crianza de los hijos.
- Preguntas y respuestas sobre la lactancia materna.
- Preguntas y respuestas sobre la dieta de los niños.
- Preguntas y respuestas sobre la sexualidad.
- 20 preguntas sobre internet y redes sociales.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
- ¿Qué preguntas nos hacemos nosotros acerca del cuidado de nuestros hijos y de su educación/formación?.
- ¿Cuáles de éstas vemos resueltas en los espacios en los que las hemos buscado?. ¿Qué otras vemos que no hallamos o al menos no de la manera que necesitaríamos?.
- ¿Qué medios podemos aprovechar para resolver todas nuestras dudas al respecto?, ¿cuáles de ellos nos parecen más importantes o eficientes y por qué?.
- ¿Qué importancia tiene que nos hagamos preguntas sobre nuestros hijos y todo lo relacionado con ellos?. ¿Para qué hacernos preguntas sobre ellos?.
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