miércoles, 23 de mayo de 2012

Enseñar a ser responsables y disciplinados

La necesidad de la disciplina.
La disciplina es necesaria y no tiene por qué ser una agresión a la autoestima. Será el medio de crear un ambiente doméstico seguro y soportable en el que se facilite el aprendizaje.
Los hijos sabrán lo que se espera de ellos y aceptarán las consecuencias razonables y justas de una conducta inadecuada.
No importa tanto tener pocas o muchas reglas, sino cómo las presentamos y cómo las hacemos cumplir. Los hijos crecerán con una buena autoestima si las normas son justas y ellos se sienten aceptados como personas, incluso cuando su conducta es inaceptable.
Pero se creerán indignos y perderán la confianza de poder hacer bien las cosas si las normas son arbitrarias o se aplican inconstantemente, o si los hijos se sienten humillados.

jueves, 17 de mayo de 2012

Lo que pasa

Javier Elso, catedrático en la Universidad de Deusto dijo:
No era algo desconocido, pero ahora las cifras lo demuestran, cada vez más aumentan las consultas de adolescentes a las urgencias psiquiátricas de los hospitales: depresiones, estrés, trastornos mentales… ¿Es que nuestra sociedad pide demasiado a los jóvenes?. ¿O es que la crisis de los actuales agentes educativos les ha dejado sin orientación y soledad?".
Estas son algunas de sus afirmaciones:
-Hay altos porcentajes de adolescentes que han crecido sin metas personales claras y centradas”.
-“Las causas son que "quienes antes educaban a los jóvenes hoy no están en condiciones de hacerlo plenamente":

  • La Iglesia tiene poca capacidad de acercarse a los jóvenes. Lo hace sólo con algunos grupos reducidos, muy concretos, y en contadas ocasiones.
  • Las Familias: En España sólo una de cada tres familias tiene cierta capacidad para ayudar a sus hijos a construir un sistemas de valores, para educar bien.
  • La Escuela. Ésta se encuentra, en este momento, con problemas muy graves para poder cumplir su función. La escuela encuentra grandes dificultades en la función de formar personas; personas que tengan una cabeza capaz de saber qué es lo esencial e importante y que es lo accesorio, capaces de pensar por sí mismos, capaces de dar metas y referentes para vivir, de enseñar a pensar a la gente. Necesitamos mucha más filosofía y mucha menos tecnología.