Los niños participan de manera activa en su proceso de desarrollo y
aprendizaje y pueden autodirigirse con inteligencia y elegir con libertad. En
un ambiente Montessori el orden, el silencio y la concentración son la
constante.
Los maestros imparten los contenidos individualmente o en pequeños grupos
abordando una amplia variedad de temas de acuerdo con los intereses del alumno.
Los ejercicios pueden repetirse infinidad de veces al ser programados de
manera individual permitiendo la comprensión mediante la repetición.
Existen reglas y límites que no pueden ser traspasados de ninguna manera y
son explicados clara y lógicamente a los pequeños.