La
carencia afectiva en los niños es más perjudicial de lo que podemos creer.
Durante los primeros años de vida las caricias contribuyen positivamente en el
desarrollo neuronal y la maduración del cerebro.
Los
psicólogos plantean que la falta de caricias en los bebés puede provocarles
hasta la muerte aun cuando tengan cubiertas sus restantes necesidades vitales.
¿Por
qué los niños carecen de afecto?.
Existe
un concepto errado de lo que significa la carencia afectiva en los niños. No
está falto de amor solamente aquel pequeño que carece de amparo filial o que
está sometido a la violencia.
Adolecen
de cariño los hijos de los padres que en la infancia también estuvieron faltos
de amor y en su adultez sufren el síndrome de la carencia afectiva, o que, por
las complicaciones laborales, están ausentes durante largos períodos, no
dedican tiempo a compartir con sus hijos o están en casa, pero no les prestan
la atención que ellos merecen y necesitan.
El mal uso de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación -tan promovidas por el consumismo- obstaculizan las
relaciones personales frente a frente, de tú a tú.
Cada
día más, las personas nos comunicamos a través de Internet, la telefonía móvil
y todos los artefactos inventados para “acercarnos” a quienes se encuentran a
miles de kilómetros de distancia.
El
deseo de relacionarnos con personas de todo el mundo nos hace olvidar o dejar en segundo plano a
aquéllos con quienes convivimos y desatendemos afectivamente a nuestros seres
más queridos.
Pero a
pesar de que el ajetreo de la vida moderna consume el 100% del tiempo, no es ni
siquiera el rigor del trabajo, los quehaceres hogareños, nuestra realización
personal o profesional quienes dejan a un lado el cariño que debemos profesarle
a nuestros hijos.
Son los
niños, quienes sin darse cuenta, muchas veces se privan de las atenciones de
los adultos. Y es que los juegos virtuales, la televisión, el teléfono, el
chat… consumen muchas horas de su tiempo libre.
Hoy
día, cuando un niño no está en la escuela, está frente al ordenador. Estamos en
una Era en la que los niños van camino a sentir como más cercano el mundo
virtual que el real. En donde se sienta más la necesidad de la interacción con
el ordenador y sus amigos de la nube que con las personas de carne y hueso.
6
síntomas de carencia afectiva en los niños.
1. Las
infecciones:
Se sabe
que la carencia afectiva en los niños está directamente relacionada con la
aparición de enfermedades y trastornos tanto psíquicos como fisiológicos.
Aquellos
niños que diariamente carecen o reciben muy poco cariño de sus progenitores,
tutores, o cualquier adulto que se encargue de su protección son más propensos
a contraer infecciones.
Pero
¿cómo es posible esto?. La falta de cariño influye en la capacidad que tiene el
cuerpo humano de defenderse de agentes externos como los virus. Un niño con
carencia de afecto puede tener un sistema inmunológico deprimido, con menos
mecanismos de defensa que le ayuden a combatir las infecciones.
2. El
desarrollo físico:
Una de
las consecuencias que acarrea la falta de afecto es el retardo en el desarrollo
físico del pequeño. El crecimiento se ralentiza si lo comparamos con otros
niños de su edad.
3. El
comportamiento:
Los
niños con carencia afectiva son proclives a tener serios trastornos en el
comportamiento. Según el escenario y el niño en cuestión, pueden comportarse lo
mismo de forma violenta, cohibirse, mostrarse melancólicos o llorosos.
Otra
consecuencia es que cambian de estado de ánimo con frecuencia y sin motivo
alguno, no pueden controlar sus impulsos y tienen una conducta contraria a la
que se espera de ellos.
4. El
estrés infantil:
El
estrés infantil es otra patología asociada a la falta de cariño. Un menor que
no reciba el cariño suficiente puede desarrollar un estrés crónico que le
repercutirá tanto en su desarrollo físico como emocional.
5. La desconfianza:
Un niño
con falta de amor y atención de sus progenitores se muestra desconfiado ante
todos y ante todo. Este es un sentimiento casi innato de los infantes que no
reciben el suficiente apoyo emocional de quienes le rodean. Al no sentirse
seguros y temer por su integridad física se muestran siempre alerta de lo que
pasa a su alrededor.
6. La
dificultad para relacionarse socialmente:
La
dificultad de relacionarse socialmente es otro de los síntomas de carencia
afectiva en los niños. A estos pequeños les cuesta mucho establecer relaciones
con sus compañeros. No cuentan con las mismas habilidades sociales y de
comunicación que los restantes niños y se les hace difícil hacer amigos.
Nuestro
consejo.
Si
percibes que tu niño presenta cualquiera de los síntomas antes citados:
- Pide ayuda médica.
- Préstale toda la atención y el cariño posibles.
- Acarícialo, bésalo, acúnalo.
- Cántale y léele cuentos.
- Fortalece el vínculo afectivo escuchando sus opiniones, ayudándolo con sus problemas y dudas.
- Desarrollen todo tipo de actividades juntos (quehaceres del hogar y el jardín, paseos al campo, visitas a la playa, recorridos por la ciudad,…).
- Juega con él.
- Evita que tu hijo crezca sin ese amor que como madre/padre debes profesarle. Disfruta de tu maternidad/paternidad y de su niñez, ésa que sucede sólo una vez en la vida.
- ...
Sé cada
día una madre y un padre mejor.
PARA AMPLIAR:
- Síntomas de carencia afectiva en los niños.
- Carencias afectivas y consecuencias.
- El síndrome de carencia afectiva.
- Síndrome de carencia afectiva en los adultos.
- Carencias afectivas que duelen.
- La falta de amor y sus trampas.
- Curar las heridas del padre ausente.
- Estímulo afectivo y emocional.
- Carencia afectiva (vídeo).
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué conclusiones obtenemos tras la lectura de este artículo y de los enlaces para ampliar?. ¿Qué destacaríamos de todo ello especialmente?.
- ¿En qué nos vemos reflejados o identificados en cuanto a carencias afectivas?, ¿cuáles son a nuestro juicio las posibles causas?.
- ¿Qué podríamos hacer o qué estamos haciendo, en primer lugar, por afrontar las propias carencias?. ¿Y para las que observamos en nuestros hijos?.
- Aparte de las estrategias que el artículo plantea en su último apartado ¿qué otras se nos ocurren que nos han dado o están dando buenos frutos?.
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