Nacho Calderón es uno de los neuropsicólogos de referencia del momento. Desarrolla su
labor entre España y Estados Unidos siendo el director del Instituto de Neuropsicología Aplicadas (INPA) en Madrid y del Neurological Rehabilitation International Consultants de Laredo (Texas).
Especialista
en niños este profesional conoce perfectamente los efectos del abuso de la
tecnología (móviles, tabletas, ordenadores y televisión) en los más pequeños.
Y tras observar a miles de niños sus conclusiones son devastadoras. Ya sea con ciertas patologías o sin ellas alerta a los padres de los límites que deben poner a sus hijos en la utilización de estas tecnologías. En un artículo publicado en su blog, Educar con sentido, que reproducimos a continuación, explica los efectos en los niños basados en su experiencia en sus consultas:
Y tras observar a miles de niños sus conclusiones son devastadoras. Ya sea con ciertas patologías o sin ellas alerta a los padres de los límites que deben poner a sus hijos en la utilización de estas tecnologías. En un artículo publicado en su blog, Educar con sentido, que reproducimos a continuación, explica los efectos en los niños basados en su experiencia en sus consultas:
La
presencia en nuestras vidas de dispositivos electrónicos que utilizan internet
(teléfonos móviles y tablets) es, a todas luces, inevitable – lo cual no es
malo – pero su uso está rápidamente alcanzando dosis que nadie puede negar que
constituyen un abuso.
Me
gustaría compartir con ustedes las observaciones que a lo largo de los últimos
años he podido hacer desde el privilegiado sillón de neuropsicólogo infantil (y
por tanto terapeuta de familia).
Los
efectos de tabletas y móviles, peores que los de la televisión.
Siempre
me he mostrado muy crítico del abuso que se ha estado haciendo de la
televisión. Sus efectos han sido marcadamente nocivos y son numerosísimos los
estudios que lo demuestran. Inocentemente durante mucho tiempo pensaba que la
televisión y los móviles o las tablets eran equivalentes, que sus efectos eran
comparables. Desgraciadamente los efectos de éstos últimos son mucho más
nocivos.
- Por el efecto hipnótico que ejerce, reduciendo las conexiones entre la corteza prefrontal (parte pensante del sistema nervioso) y el resto del encéfalo hasta niveles básicos de supervivencia. Por eso es tan descansado ver la televisión, por eso tantos adultos al llegar la noche decimos (me incluyo) “Estoy tan cansado que sólo quiero ver la televisión”. La pantalla ejerce un efecto hipnótico de tal calibre que literalmente dejamos de pensar (actividad que consume una gran cantidad de oxígeno) y pasamos a procesar la información que llega a través de nuestros ojos de a unos niveles insultantemente básicos. Por cierto, cuanto más tiempo se está expuesto a este efecto hipnótico, más difícil resulta salir de él.
- Por lo que ver la televisión impide. Mientras se está viendo la televisión no se hacen otras cosas mucho más productivas. En el caso de los niños, particularmente, la televisión les impide estar jugando, que es la función más importante para el desarrollo del sistema nervioso. Hoy en día las habilidades de juego de los niños se han reducido gravísimamente.
El
principal objetivo de los niños debe ser jugar, algo básico para su desarrollo.
La
adicción es aún mayor en el caso de estas nuevas tecnologías.
Como
dijo un filosofo en un debate sobre la televisión: “Yo no tengo televisión
porque me quita mucho más de lo que me da”.
Estos
dos efectos nocivos de la televisión siguen siendo verdad cuando nos referimos
a los teléfonos móviles y las tabletas, pero debemos ahondar de manera más
concreta.
La luz
azul que emiten esos dispositivos ejerce un efecto hipnótico mucho más potente
sobre nuestro sistema nervioso, de ahí que su poder adictivo sea mucho mayor
que el de la televisión. Es mucho más difícil desengancharse – sea tras un uso
puntual, o sea desde la adicción – de esos aparatos que de lo que ya
de por sí es desengancharse de la televisión. El pasado 1 de junio de 2016 el
Instituto de Estudios Familiares – Family Watch – publicó un artículo en el que
demostraba el incremento de la violencia de hijos hacia padres y cómo esta
violencia está mediatizada en gran medida por el mal uso de los dispositivos
electrónicos – el enfrentamiento entre los padres y los hijos es mucho más
intenso cuando el tema de discusión es el teléfono móvil, la tableta o similar
que por cualquier otra cuestión.
Creo
que la página web del Family Watch (http://www.thefamilywatch.org/) debería ser
la cabecera de internet de cualquier padre o profesor.
¿Los
beneficios de interactuar?.
Una de
las grandes diferencias que existen entre la TV y los dispositivos con conexión
a internet es la “interactuación”. La televisión – al menos la tradicional, la
que no tenemos conectada a internet – implica una pasividad por parte del
sujeto, solo puede verla, mientras que los móviles o las tablets permiten
“bucear”, buscar, cambiar, jugar, responder, etc. A priori ésta es una gran
ventaja. El usuario tiene un control sobre qué hacer, no hay una pasividad tan
apabullante.
Sin
embargo, en mi experiencia esa capacidad para buscar, para interactuar, se
convierte en algunos casos, en el peor enemigo. A menudo veo niños que, aún sin
saber leer, sin ni siquiera edad para hacerlo, son capaces de dominar una
tablet al grado de entrar en la página web de su elección – con frecuencia
Youtube – y encontrar el video de su elección. Impresionante podríamos
concluir. El problema es que rara vez el niño termina de ver ese video. Antes
de que acabe ya habrá seleccionado otro de la lista que aparece a la derecha de
su pantalla, y así hará, sucesivamente, saltando de un video a otro, sin
terminar de ver ninguno de ellos.
El
ejemplo de los niños autistas.
En el
extremo más patológico he visto jóvenes con diagnóstico de autismo enganchados
a una determinada escena – de entre 5 y 25 segundos de duración – y repitiendo
esa escena durante horas. La rebobinan y vuelven a ver, constantemente.
No digo
que las tablets o los móviles produzcan autismo, ni mucho menos, pero sin duda
agravan y potencian los síntomas característicamente autistas.
Producen
déficit de atención.
Sin
llegar a ese tipo de patología, lo que es indiscutible es que las tablets y los
móviles están haciendo estragos en dos áreas muy concretas:
Están
reduciendo la capacidad de atención de los niños de manera dramática. La luz azul que emiten esos dispositivos ejerce tal nivel de estimulación
en el sistema nervioso que cuando se le requiera de nuevo atender de manera
sostenida va a exigir niveles semejantes de estimulación, como ningún profesor,
al menos hasta la fecha, es capaz de emitir una luz semejante, le va a ser muy difícil
atraer y mantener la atención de sus alumnos.
Pregunten
a cualquier profesor con más de 10 años de experiencia en enseñanza infantil o
primaria si la enseñanza de hoy es igual a la de hace diez años y si es más
fácil o más difícil enseñar. Si van a hacer la pregunta, les recomiendo que
reserven un buen rato para hacer una escucha atenta de una situación dramática.
Sí, las
tablets y los teléfonos móviles están produciendo déficit de atención. Estamos
llenando las aulas de anfetaminas (concerta, rubifem, stratera, etc.), pero
mientras sigamos llenando sus vidas de horas de pantalla, va a ser muy difícil
que dicha medicación no siga aumentando sus índices de venta.
Están reduciendo la socialización – el encuentro persona a persona – entre los niños
y los jóvenes. Hoy en día es frecuente ver en plazas, restaurantes y parques a
un grupo de niños mirando lo que hace otro en su móvil. No hablan, no juegan,
solo miran lo que hace otro. Si son varios los que tienen móviles, se sientan
en fila, uno junto al otro y se dedican a jugar en paralelo.
Recientemente
me contaba la madre de un chico de 12 años que los niños de su clase ya no
quedan en una casa los viernes o los sábados, en su lugar, quedan a determinada
hora para conectarse a través de internet, con un determinado juego, cada uno
desde su casa, sin verse, y pasan dos o tres horas frente a la pantalla.
Las
certezas adquiridas en la consulta.
Sin
duda cada día soy más viejo. Puede que no esté siendo capaz de seguir el ritmo
de los tiempos, pero lo que no tengo duda es que lo que veo en la consulta,
cada vez con más frecuencia, es particularmente grave.
Me
dicen que no debo denostar los dispositivos en sí, que todo en su justa medida
es positivo y lo nocivo es el abuso. Absolutamente de acuerdo. Pero admitamos
que por cada matrimonio que sabe enseñar a sus hijos a hacer un uso adecuado de
las pantallas, hay no menos de 20 padres que ni saben hacerlo, ni saben qué
hacen sus hijos con esos dispositivos y, desgraciadamente, ni se plantean que
deben cuestionárselo.
El
abuso de las tecnologías no es un problema sólo de los niños sino que es ya
familiar.
Diez
consejos a las familias.
Por
terminar con algunos consejos concretos que tanto gustan a algunos:
- No permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) antes de ir al colegio. Tampoco en el trayecto al colegio.
- Durante el desayuno, comida, cena o merienda jamás, bajo ninguna circunstancia, permitan el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar). Tampoco los adultos deben estar viendo las noticias o el deporte o... cuando estamos sentados a la mesa.
- Evitar el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) antes de estudiar o hacer deberes: lejos de ayudar lo que hacen es distraer y postergar la concentración.
- Olviden el uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar) en un restaurante, bar, o similar. Si no dejan comer tranquilos a la familia, NO se preocupen. Así han sido siempre las comidas en familia. Eso es hacer familia. Es una magnifica ocasión para educarles, no la desperdiciemos.
- Que los juguetes, el deporte, salir con amigos o ir a ver a los abuelos estén siempre antes del uso de pantallas (TV, tablet, móvil, o similar).
- Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia regale una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona menor de 14 años. Si se lo quieren comprar sus padres, allá ellos, tienen derecho a equivocarse, usted no.
- Si quieren regalar una tablet, un teléfono móvil, o similar a una persona mayor de 14 años consulten antes a sus padres.
- Limitemos el uso de tablets, móviles, televisión,... y con mayor motivo con diagnóstico de déficit de atención, hiperactividad, retraso en el desarrollo, autismo, trastorno del lenguaje, síndrome de Down, síndrome de Williams, o cualquier otro trastrono, genético o no, que afecte al sistema nervioso central. Lo ideal sería no sobrepasar los 30 minutos seguidos. Nunca más de 90 minutos al día – y sólo en días sin colegio.
- Cuando tengamos niños entre los 0 y los 7 años evitemos que utilicen una tablet o un teléfono móvil o similar. Démosles siempre otras alternativas para su entretenimiento que las hay a miles y con muchas más ventajas que inconvenientes.
(Fuente: http://www.religionenlibertad.com/diez-consejos-neuropsicologo-infantil-los-padres-sobre--53436.htm)
PARA AMPLIAR:
- Los 10 mandamientos para el uso adecuado de las tablets.
- 9 usos de la tablet (para ti y tus hijos).
- ¿Cuánto tiempo se puede estar con la tablet?.
- Guía para padres y educadores sobre el uso de internet, móviles y videoconsolas.
- Hábitos saludables para la televisión, los videojuegos e internet.
- Familia y nuevas tecnologías.
- Uso educativo de las tecnologías de la comunicación.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Qué pensamos del artículo de Nacho Calderón?. ¿En qué estamos al 100% de acuerdo con él y qué matizaríamos de su exposición?.
- ¿Qué nos han aportado los enlaces "para ampliar"?.
- ¿Sabemos la cantidad de tiempo que nuestros hijos dedican cada día al móvil, a la tablet, a la televisión, a internet?. Si no lo sabemos ¿cómo podemos controlar esto un poco más y mejor?.
- ¿Cómo podemos asegurarnos de que no hacen un uso excesivo o inadecuado de estos medios?.
- ¿Qué ejemplo les estamos dando los adultos?. ¿Qué podríamos hacer para aplicar los consejos que nos da Nacho Calderón?.
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