viernes, 17 de mayo de 2013

Sólo come de capricho


A veces lo oimos de otros familiares y amigos, otras o al mismo tiempo "lo vemos en nuestra propia casa". Lo sufrimos más cuando lo observamos en nuestros hijos: comen poco, si comen en abundancia es sólo de unos alimentos y nada de otros, es una guerra cada vez que llega la hora de comer,... ¡cómo quisiéramos ver a nuestros hijos bien alimentados!... y no de capricho.
El 28 de mayo se celebra una jornada dedicada a reflexionar sobre las condiciones que influirán en el derecho a la nutrición de miles de millones de seres humanos:
Mientras unos en determinados ambientes socioeconómicos tienen que hacer dieta para no engordar demasiado, apuntándose a gimnasios y demás actividades para prevenir problemas de salud derivadas de una alimentación inadecuada... en otros muchos lugares del planeta el problema es sencillamente SUBSISTIR.
Nuestros abuelos nos decían que "botar el pan es pecado" y nos lo decían porque sabían lo que sucedía cuando éste faltaba; no importaba que estuviera duro: se mojaba con agua... y listo (en determinados lugares y economías a menudo no había otra cosa que comer), incluso pasaba por bueno el que olía y sabía claramente a enmohecido y bastaba un higo seco o unas almendras para redondear un manjar exquisito. ¿Cómo no iban a decir que "es pecado botar el pan al suelo o a la basura"?.

Educar para alimentarse bien.
Cuando oyes decir:

-“Pues mis hijos comen de todo y les ponga lo que les ponga se lo comen todo, aunque lógicamente tengan sus preferencias, por supuesto”.
A uno se le escapa un suspiro que se puede llegar a escuchar al otro lado de la calle aunque sólo se emita con el pensamiento. ¿Por qué unos comen tan bien y otros… ni en sueños?.
Es bueno que nos lo preguntemos y lo dialoguemos unos con otros porque de seguro hallaremos respuestas que nos orientarán claramente sobre las causas y nos darán pistas sobre lo que podríamos hacer a continuación:
  • ¿Desde cuándo tiene nuestro hijo, caprichoso con la comida, esa actitud de comer sólo lo que más le apetece –casi siempre lo mismo- y no hay manera de darle “de todo”?.
  • ¿Es caprichoso sólo con la comida o lo es con un montón de cosas más?,  ¿cuáles pueden haber sido o son las causas de tal actitud?.
  • ¿Compartimos en la familia los mismos criterios a la hora de presentar “el pan de cada día” a nuestros hijos?... o ¿cada cual anda haciendo las cosas a su modo “en tal de que coman algo”?.
  • ¿Tenemos en cuenta todos los elementos esenciales de una “buena alimentación”?.

¿Qué es una “buena alimentación”?.
Una “buena alimentación” tiene estos ingredientes:

  1. VARIADA: Utiliza para ello la mayor diversidad de alimentos.
  2. EQUILIBRADA: Donde los carbohidratos, proteínas y grasas estén presentes en esta alimentación de manera proporcional a las  necesidades de la persona.
  3. SUFICIENTE: De manera que aporte a la persona la suficiente energía para poder desarrollar la actividad que esté desarrollando o vaya a desarrollar después.
  4. ADECUADA: De acuerdo con la edad y características de cada uno (tanto en cantidad como diversidad de nutrientes).
  5. SANA (Algunos la llaman “INOCUA”): Que no cause daño alguno a la persona.

¿Cómo podemos lograr esa buena alimentación?.
Les invitamos a consultar estos enlaces-web que nos darán sobradas pistas:

A modo de síntesis, plateamos el siguiente DECÁLOGO de ELEMENTOS BÁSICOS GENERALES:

  1. COHERENCIA: Lo mismo que les pidamos a nuestros hijos lo han de ver en nuestro proceder, darles ejemplo.
  2. TIEMPOS COMUNES y REGULARES: Organizarnos de manera que logremos sentarnos a la mesa todos a la misma hora y procurar en todo lo posible que los momentos de las comidas sean siempre a las mismas horas.
  3. INNOVACIÓN o CAMBIO, buscar atractivo en la forma de presentar las comidas (con mucha frecuencia “comemos más con la vista que con la boca”).
  4. Evitar la SOBREALIMENTACIÓN: Los excesos o bien se eliminan o bien se acumulan en el cuerpo generando obesidad, así que busquemos siempre el punto medio: ni insuficiente ni sobrante.
  5. Cocinar con POCA GRASA; frituras, más bien pocas.
  6. VERDURAS, FRUTA Y CEREALES deben ser lo más abundante.
  7. SIN DISTRACCIONES: Si el comedor tiene televisor u otros aparatos que puedan distraer, tenerlos apagados.
  8. AGUA para beber, es la mejor bebida; a continuación los zumos naturales y en último lugar los refrescos con gas (y estos últimos cuanto menos… mejor, ojalá ninguno).
  9. FOMENTAR LA PARTICIPACIÓN de nuestros hijos en la elaboración de los guisos siempre que nos sea posible: desde la compra de los ingredientes hasta la preparación de los mismos antes de estar totalmente cocinados o listos para comerlos.
  10. Crear BUEN AMBIENTE durante las comidas (evitar cualquier conversación que pueda llevar a discusiones); buscar temas agradables, positivos para todos.
Adoptando la actitud de llevar estas orientaciones a la práctica con decisión y constancia, aún a pesar de las naturales resistencias iniciales (máxime si estamos ahora mismo lejos de esto), crearemos las condiciones necesarias para poder llegar a unos hábitos alimenticios mucho más adecuados.

Ejercicio físico.
Siempre que nos sea posible y debidamente organizado en los días festivos o de fin de semana que es cuando más tiempo libre podemos pasar la familia junta:
  • Pasear tranquilamente después del almuerzo o la cena es un excelente modo de favorecer la digestión.
  • Para los niños y jóvenes el deporte es el complemento ideal a una buena alimentación para fomentar su crecimiento y adquirir fortaleza física.
  • En situaciones de obesidad o acumulación de grasas en el cuerpo de manera muy desigual el ejercicio físico puede ser la mejor solución, además de buscar una dieta más adecuada a nuestra constitución; es conveniente para ello el asesoramiento de personal especialista.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
  • Si nuestros hijos son caprichosos con las comidas ¿a qué creemos que es debido?; si lo son en todo, no sólo con las comidas ¿qué razones hay de fondo?, ¿cómo darle la vuelta a esta situación?.
  • ¿Nos parece adecuado el “decálogo” que aquí hemos presentado para ir generando hábitos positivos en la alimentación?, ¿en cuáles nos va mejor?, ¿en cuáles peor?,…; ¿qué nos está ayudando y qué nos está perjudicando?, ¿cómo podríamos mejorar?.
  • ¿Qué otras propuestas, prácticas y actitudes –además de las citadas anteriormente- propondríamos para lograr esa mejoría en la alimentación?.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:

2 comentarios:

  1. muy fácil de comprender sus indicaciones, pero me gustaría poder armar un buen desayuno,de esos modernos
    para iniciar a los niños como, batidos, variedad de quesos que no se como usarlos apropiadamente

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  2. Bienvenida Gloria.
    Hay recetarios para estos detalles que usted que usted plantea. Lo que le sugiero es que busque unas pocas de ellas que a usted le parezcan adecuadas y luego se las presente a sus hijos para que ellos elijan el que quieran (de esta forma consigue asegurarse que elijan lo que elijan... les vendrá bien y por otra parte se sentirán motivados a tomarse con ganas ese buen desayuno "moderno" que usted dice).
    Fomentando la participación de los hijos en estas tareas tenemos ganada más de la mitad de la batalla.
    Saludos cordiales y muchas gracias por su aportación.

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