La
falta de comunicación conduce a la soledad, al estrés, a la tristeza y a la
depresión. Pequeños conflictos no resueltos a tiempo por el diálogo van
creciendo como bola de nieve hasta aparecer como una presión insufrible.
El valor de la comunicación en la pareja.
El amor
es una de las motivaciones más importantes de la vida, pero hay que saber protegerlo.
El diálogo es uno de los principales fundamentos de la vida matrimonial.
El diálogo se compone de dos partes: escuchar y hablar. Para evitar conflictos es muy importante escucharse mutuamente, pues hoy muchos oyen, pero no escuchan ni saben escuchar. Convivencia significa vivir "con", no "al lado de". La convivencia perdura en el tiempo si hay buena comunicación y ésta se basa en la lealtad, lo que supone entrega sincera de sí mismo, mutua confianza y aceptación. La comunicación entre ambos es fundamental para comprenderse y apoyarse mutuamente sin pretender imponerse.
El diálogo se compone de dos partes: escuchar y hablar. Para evitar conflictos es muy importante escucharse mutuamente, pues hoy muchos oyen, pero no escuchan ni saben escuchar. Convivencia significa vivir "con", no "al lado de". La convivencia perdura en el tiempo si hay buena comunicación y ésta se basa en la lealtad, lo que supone entrega sincera de sí mismo, mutua confianza y aceptación. La comunicación entre ambos es fundamental para comprenderse y apoyarse mutuamente sin pretender imponerse.
Los
esposos han de saber dialogar sobre los diferentes aspectos de la vida,
interesándose sinceramente por los problemas del otro. Si los cónyuges se
acostumbran a callarlo todo, o esquivan el hablar sobre los problemas del
matrimonio y de la familia, tal vez logren durante un cierto tiempo una
aparente paz, pero pagarán un precio muy alto por ella, pues se aburrirán
pronto de sus conversaciones superficiales y tratarán de refugiarse en otra
parte, que pueden ser los hijos, el trabajo o alguna aventura.
El
comunicarse con el otro es imprescindible para la propia vida y muy
especialmente para el amor y lleva consigo un compartir mucho mayor que la simple información sobre lo que sucede a nuestro alrededor. Comunicarse es
manifestarse como somos, mostrando nuestro mundo interior. La comunicación debe
ser una conquista permanente, tanto más cuanto que vamos evolucionando con los
años. Son muchas las mujeres que ya no comparten sus problemas con sus maridos
y muchos los maridos que buscan en sus amigos, en sus aficiones o en el
trabajo, la comunicación que les falta en casa.
El amor
matrimonial no puede ser de simple donación unidireccional, en el que el uno
queda sometido al otro, sino que siempre debe ser entrega mutua, con una
correspondencia que supone delicadeza, mucha escucha, comprensión, aceptación
del otro, queriendo entenderle y sabiendo ponerse en su lugar. Es indiscutible
que ninguno de nosotros es perfecto y que fácilmente podemos no acertar e
incluso herir al otro, por lo que es importante reconocer los propios errores,
procurar comportarse en el futuro de otra manera y saber pedir perdón, siendo
el perdón expresión del amor. Ello supone tratar de encontrar el tiempo preciso
y favorable, para abrirse mutuamente en la intimidad de una conversación a
cuatro ojos tranquila y apacible.
El que
los sentimientos puedan aflorar ha de ser posible, aunque sí hay que saber
buscar los momentos oportunos, evitando entrar en discusiones cuando estamos
nerviosos o dominados por la cólera. Pero en el matrimonio no se debe andar con
tapujos, no pudiendo haber cosas que entorpezcan la confianza mutua.
En
cambio, la falta de comunicación conduce a la soledad, al estrés, a la tristeza
y a la depresión. Pequeños conflictos no resueltos a tiempo por el diálogo van
creciendo como bola de nieve hasta aparecer como una presión insufrible que se
echa encima sobre ellos empujando a una crisis cuya única solución parece ser
el divorcio. Este es siempre un desastre y hay que esforzarse en no llegar a él a través de la prevención; hay una mentalidad que cree que en las crisis
matrimoniales el divorcio es el mejor remedio para solucionarlas; otros apuestan por la terapia,
pero para ello es necesario buscar un terapeuta convencido del valor de la reconciliación. Cuando
reina la incomprensión, es fácil que llegue el rencor.
También
pueden entrar en crisis los cónyuges que se aperciben que su propia relación se
ha atrofiado en la preocupación demasiado absorbente de educar y formar a sus hijos. Otros sufren las tensiones y cargas de la dificultad de conciliar su
vida profesional y familiar, por su diversa actividad profesional, que les
lleva a tener distintas aspiraciones y problemas, y que puede separarles
incluso geográficamente, en distintas ciudades e incluso países, mientras otros
se encuentran con que al terminar la educación de sus hijos y hacerse éstos
adultos, les parece que su matrimonio carece de sentido y llegan a la
conclusión de que deben buscar otra pareja para el resto de su vida.
Además no
deja de ser paradójico, como advierten los mismos psicólogos, que se termine
por pagar a un profesional para que nos escuche, cuando se tiene la suerte de
vivir en pareja, consultas que uno podría ahorrarse si en la vida conyugal se
buscase la ayuda de quien está más cerca y existiese verdadera comunicación en
la pareja, lo que no es difícil lograr si uno de los dos sí es capaz de dar
amor y comprensión.
Autor:
Antonio Trevijano
PARA AMPLIAR:
- Y... ¿qué es escuchar?.
- Conciliación trabajo/vida familiar.
- 7 frases familiares.
- Lenguaje asertivo.
- 8 valiosos consejos para fortalecer el matrimonio.
- Importancia de una buena comunicación en la pareja.
- La comunicación en la pareja.
- Importancia de la comunicación en tu vida de pareja.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
- En una escala de 0-10 ¿en qué punto situaríamos nuestro nivel de comunicación como pareja?, ¿qué razones apuntaríamos cada cual para dar esa calificación?.
- ¿Con qué dificultades nos encontramos para que esa comunicación fuera como nos gustaría?.
- ¿Qué elementos a favor hallamos que podríamos aprovechar para mejorar esa comunicación?.
- ¿Qué ayudas necesitamos para que esta relación nos satisfaga y nos haga sentir que hay entre nosotros una buena comunicación?.
- ¿A qué puedo comprometerme yo en relación con mi pareja y mejorar así la comunicación con ella?. ¿Cómo lo voy a hacer para que esto no sea sólo una buena intención?.
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