¿Cómo pronunciamos esa frase?:
- ¿Lo hacemos con nostalgia atendiendo sobre todo a lo que se acaba?. ¿Por qué razones?.
- ¿Lo hacemos con ilusión y ganas por la oportunidad que se nos presenta a continuación?. ¿Por qué razones?.
En la educación de nuestros hijos nada hay que surja por casualidad; por lo tanto, ¿nos conviene prever lo que ocurrirá cuando el curso termine?, ¿sabemos ya de antemano lo que puede suceder cuando de repente nos encontremos que los vamos a tener en casa a piñón las 24 h. del día?.
Para que esto tenga consistencia, sea realmente una postura madura nos conviene:
1.- PREVER EN PAREJA lo que va a suponer los dos meses de julio y agosto con los hijos totalmente de vacaciones:
- Qué objetivos queremos conseguir, qué nos proponemos alcanzar al final de este período.
- Qué medios vamos a necesitar para conseguir esos objetivos.
- Cómo administrar el tiempo: en qué lo vamos a emplear, cómo, dónde y con qué y con quién.
- Cómo vamos a llevar el adecuado acompañamiento que nuestros hijos necesitarán.
- Qué recursos podrán complementar nuestra labor como padres educadores en los espacios en que no podamos ESTAR.
- Cómo hacer para que nuestros hijos se sientan motivados en este proceso y lo vean como una oportunidad no sólo de vivir una novedad sino también para seguir creciendo y madurando.
- Qué alternativas viables poderles presentar para que ellos elijan aquélla que más responda a sus intereses y necesidades -habiendo valorado nosotros tanto la viabilidad de todas ellas como su positividad-.
- Ver posibilidades de "campamentos urbanos" o actividades organizadas por los centros escolares durante el período estival.
- Igualmente otras organizadas por los ayuntamientos, parroquias, etc... y que sean unas y otras compatibles con nuestra realidad sociolaboral.
- Diseñados ya varios "planes" de acuerdo con la realidad de nuestros hijos y sus necesidades:
- Podemos sencillamente presentárselos abiertamente y animarles a ver ventajas e inconvenientes de cada uno de esos planes y que ellos finalmente elijan aquél que mejor se corresponda con sus necesidades.
- Presentarles sólo aquél plan que consideremos el único o bien el más viable de todos los posibles (hacer esto o bien lo anterior depende siempre de aquello que queramos conseguir, está en función de nuestros objetivos y de las realidades que tengamos en casa).
- Partir de los objetivos que los padres consideremos irrenunciables y que ellos, atendiendo a esas metas, elijan dentro del abanico de posibilidades que les presentemos para lograr esas finalidades.
- Redactar finalmente los acuerdos adoptados y comprometernos a cumplirlos adecuadamente, así como revisarlos con regularidad para garantizar un buen seguimiento, valorar logros y corregir desvíos o errores.
- Habiendo contactado con los recursos comunitarios y actividades correspondientes (campamentos urbanos, actividades de verano en los colegios,...) compartir con ellos los datos necesarios para garantizar la comunicación en cualquier caso de urgencia o necesidad.
- Mantener contactos regulares con la intención de colaborar mutuamente en la labor educactiva con los hijos, intercambiar informaciones de interés para ambas partes, etc...
Elementos irrenunciables.
- Llevar nosotros la iniciativa, prever situaciones y buscar alternativas viables desde nuestras posibilidades reales.
- Contar con nuestros hijos siempre, tengan las edades que tengan, hacerles partícipes de alguna manera de las decisiones antes de ser tomadas o bien una vez adoptadas darles competencias en su realización (son clave la corresponsabilidad y la motivación). (Cuando mayores sean los hijos mayor debe ser su implicación empezando desde el mismo diseño de distintas opciones hasta su desarrollo final).
- Establecer una buena comunicación con los recursos comunitarios que puedan complementarse con nosotros en nuestro plan familiar de vacaciones.
- ...
Las vacaciones son una OPORTUNIDAD para entablar relaciones nuevas no sólo con el entorno sino sobre todo dentro de la propia unidad familiar, para mejorar las relaciones padres-hijos, compartir juegos, actividades mil en ambiente distendido... sin las prisas del reloj ni el sometimiento al recurso fácil de la televisión y juegos de videoconsola o de internet.
Las vacaciones son una OPORTUNIDAD de emanciparnos todos de todos los agobios, de vivir con naturalidad el día a día, compartir la preparación de las comidas, hacer las compras, realizar las tareas de la casa en equipo, salir juntos a la playa o la montaña o simplemente patear la ciudad y pasear los parques urbanos disfrutando unos de otros.Las vacaciones son una OPORTUNIDAD para fortalecer lazos familiares y reconocernos mutuamente los esfuerzos y apoyos, especialmente con los abuelos que tantas veces nos sacan de apuros -cuando ello les es posible-.
CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Vamos por delante de los acontecimientos... o más bien vamos a remolque?. Si acaso nos ocurre lo segundo ¿cuáles son las causas?, ¿cómo solucionar esto?.
- ¿Para que es importante la "previsión" y el análisis de las ventajas e inconvenientes de cada opción a tomar?.
- ¿Imponemos a nuestra pareja nuestro criterio o más bien buscamos juntos, cada cual desde su perspectiva, la mejor forma posible de educar adecuadamente a nuestros hijos, también en el uso del tiempo libre?. ¿Qué beneficios tiene proponer alternativas realmente compartidas en vez de impuestas?.
- ¿Para qué buscar la implicación de los hijos -en la medida de sus posibilidades- tanto en la elaboración o elección de una alternativa como en su ejecución?.
Unos apuntes más:
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