En
su fondo hay un deseo inmenso de vivir el ENCUENTRO (entre familiares,
amistades, compañeros/as de trabajo, vecinos, compañeros de militancia social,
política, eclesial,..) de una manera nueva, distinta a lo que fue, más sincera,
auténtica, realmente vivida y entusiasmada.
Pero...
¿en todo?, ¿vamos a RENOVAR realmente todo?, ¿nos satisfacía plenamente nuestro
modo de vivir y relacionarnos anterior al coronavirus?, ¿era bueno para nuestro planeta nuestra manera de producir,
consumir,...?.
Las
preguntas son muchas y unas se sucederían a otras casi en tropel a poco que
fuésemos dándoles respuesta.
Hemos descubierto en este confinamiento muchas cosas que estábamos pasando por
alto y, por otra parte, otras a las que concedíamos un excesivo valor hasta
convertirlas en un absurdo. Cada cual, desde su experiencia podría anotar
muchos elementos que ilustrarían con muchos datos concretos esta generalidad.
En
el artículo de hoy queremos pararnos al menos en algunos capítulos importantes.
Nosotros, cada persona, y nuestra familia.
¿Qué hemos descubierto de positivo en este confinamiento, en todas estas horas que estamos pasando "en familia"?. Miremos el asunto desde la perspectiva positiva. ¿Hemos vuelto a comer todos juntos?. La vida azarosa anterior a veces llevaba a tener horarios distintos para las comidas y... eso de comer todos a la misma hora y en el mismo espacio... era sólo cosa del pasado.
Poner
la lavadora, tender la ropa, recogerla, plegarla,... Barrer, quitar el polvo,
fregar el suelo... Cocinar, poner la mesa, recogerla, fregar la loza,... Ver
una película juntos, comentarla después,,... escuchar música y disfrutarla,etc... ¿Hemos hecho en esto algo más y mejor que antes?, ¿cómo nos
hemos reorganizado, cómo estamos y nos sentimos
ahora?.
Hay
tantos detalles... pero en todo cabe una cuestión más para llegar a lo
práctico: ¿qué hemos recuperado y que no queremos dejar perder más nunca?, ¿qué
hemos hallado de nuevo y que vemos necesario incorporar a lo bueno que había
entre nosotros?. ¿Cómo lo vamos a llevar a cabo?.
Mundo laboral.
Uno de los grandes problemas que genera el trabajo remunerado es que con mucha frecuencia genera conflicto con la atención a la familia. Los horarios y calendarios laborales suelen ir a contrapelo de los que la familia necesita y se hacía muy difícil por lo tanto conciliar los horarios familiar y laboral.
En no pocas empresas nos decían que era imposible modificar horarios y calendarios pero de repente muchas empresas han parado o están realizando su cometido de manera muy
diferente a como antes se realizaba y ello no ha supuesto el cierre (en
algunas, autónomos, por desgracia sí). ¿Qué significa esto?, ¿eran o no
posibles "otros horarios, otro calendario"?. ¿Podríamos negociar con
nuestras empresas un cambio al respecto y lograr con ello conciliar mejor los
horarios familiar/laboral?. ¿No ha llegado también en esto la hora de
replantearnos esta cuestión?. ¿A qué podrían comprometerse los empresarios
junto con nosotros?.
Cuidado de nuestra Casa Común.
- Comprando lo que sea de verdad necesario y evitando caer en las consabidas trampas consumistas, produciendo la menor basura posible, separando y reciclando los desperdicios, reutilizando o rehabilitando aquello que parezca inservible en lugar de botarlo inmediatamente a la basura, ahorrando consumo de agua, electricidad,... Consumo consciente.
- Llevando a los comercios nuestros propios utensilios para llevar la compra a casa: nada de emplear bolsas de plástico (ni compradas ni regaladas) en todo lo posible; interesándonos por el modo con que ha llegado lo que compramos hasta nuestras manos: vivir un auténtico consumo responsable (lo que aparenta ser barato... suele llevar aparejadas muchas y graves injusticias previas: tanto con las personas como con el Medio Ambiente).
- Comprando a ser posible en los comercios de nuestro barrio: así evitamos contaminar con los coches, aparte de ahorrarnos el importe de la gasolina y tiempo, además de favorecer las economías familiares, locales y con toda seguridad más ecológicas que lo que viene desde miles de km hasta nosotros (dicen que lo de las grandes superficies es ¿más barato?, pero... aunque fuese verdad ¿compensa realmente?, ¿sólo hemos de mirar el bolsillo... o deben haber otros criterios mucho más esenciales?).
El
22 de este mes celebramos el "Día de la Tierra", el día de nuestra
Casa Común en el que la contaminación atmosférica ha bajado enteros desde que
comenzó la cuarentena ¿casualidad?, ¿milagro?,... ¡no!. La contaminación, el
cambio climático, la degradación del Medio Ambiente la ocasionamos nosotros,
averigüemos cómo. Si sumamos voluntades, hechos y actitudes respetuosas con
nuestra Casa Común no en unas semanas sino siempre ¡imagínense!,... ¿qué no
conseguiremos?. ¿Y si además de esto planteamos a nuestros gobernantes
políticas más respetuosas con nuestro suelos, nuestros mares y el aire que respiramos?.
Compromiso.
Habremos
asistido al espectáculo bochornoso, una vez más, de nuestra clase política
durante todo este tiempo: unos arremetiendo contra el gobierno señalando falta
de previsión y de inversión inmediata en productos de primera necesidad en los
centros hospitalarios (entre otras críticas); y los del gobierno gastando
dinero en panfletos propagandísticos que ha distribuido por todas las redes
sociales culpando al gobierno anterior de todos los males de este país, entre ellos los sanitarios. En fin, siempre más de lo mismo, ninguno asume su
responsabilidad.
Eso
es lo que hacen algunos en este país, pero luego estamos todos los demás. Y...
¿qué hemos hecho todos los demás?. Ya hemos visto lo que han hecho el personal
sanitario, los bomberos, la policía, los barrenderos, los camioneros, los
trabajadores de sectores como comercios, farmacias, cuidadores de ancianos,
agricultores, ganaderos, los docentes trabajando desde casa igual que otros
trabajadores de otros sectores, los padres y madres trabajando en casa con los
hijos las tareas que han mandado desde los respectivos centros docentes, etc...
Pero... aparte de esto ¿qué hemos hecho hasta ahora, antes del coronavirus?.
Nos quejábamos mucho ¿verdad?, de todo o de casi todo. Mas... ¿hacíamos algo o mucho o nada por cambiar eso que criticábamos?.
Nos quejábamos mucho ¿verdad?, de todo o de casi todo. Mas... ¿hacíamos algo o mucho o nada por cambiar eso que criticábamos?.
A
lo mejor a esto podemos darle una vuelta de tuerca también. Para que haya
cambios estructurales que hagan funcionar mejor la
sociedad y nuestra relación con el medio natural es necesario que haya
estructuras con capacidad de hacer cambiar lo que vemos que no está bien,
pero si no entramos en ello, si no nos implicamos y participamos activamente
exponiendo nuestras opiniones, debatiendo, escuchándonos y buscando soluciones buenas
para todos... ¿qué podemos esperar?.
No
podemos ni debemos seguir instalados en la queja constante, en el pataleo y la
crítica fácil de lo mal que lo hacen los demás. Necesitamos ir más allá de esto
pero... ¿cómo?:
- En el compromiso político tenemos las distintas formaciones políticas y sindicales que aunque ninguna nos parezca perfecta... son un buen ámbito de participación y si ninguna, por su rigidez u otras cuestiones ideológicas o de otro tipo no nos convence... pongamos en marcha una nueva. Y desde estas plataformas impulsemos políticas que sean cuidadoras del Medio Ambiente (uso de energías renovables, entre otras) y absoluto respeto a los Derechos Humanos (ojalá toda nuestra partidocracia se esmerara en garantizar como mínimo el cumplimiento absoluto de estos dos elementos -luego una vez conseguido esto que se metan en lo que quieran ¡pero como mínimo esto!- porque si así fuera desaparecerían infinidad de problemas de los de verdad.
- En el compromiso social tenemos las Asociaciones de Vecinos (ya es hora de que asuman algo más de lo que es la gestión de festejos y algunas actividades culturales, deben ser sobre todo espacio de encuentro y participación ciudadana para afrontar y proponer respuestas ante sus problemas de barrio); tenemos la mismas reuniones de la comunidad de propietarios de la que formamos parte en nuestro edificio; las ONGs en las cuales nos podemos implicar también y trabajar en ellas como voluntarios tanto en los ámbitos sociales como educativos como medioambientales,... El abanico es inmenso.
- En el compromiso eclesial no está solamente la catequesis infantil, de jóvenes y de adultos; la liturgia, cuestiones administrativas y de mantenimiento;... hay también espacios de compromiso con la comunidad en la pastoral de la salud, pastoral penitenciaria, pastoral del mar, pastoral obrera, acción social orientada a quienes nada tienen, etc... ¿Quién dice que a la Iglesia sólo se puede ir a rezar?.
- Consumo responsable.
- Día contra la esclavitud infantil.
- Día de la Tierra.
- Ecología y Medio Ambiente.
- Relación de pareja.
- Relación padres-hijos.
- Relaciones familiares.
- Relación familia-escuela.
PARA LA REFLEXIÓN Y EL DIÁLOGO:
- ¿Qué teníamos pensado hacer "cuando salgamos de ésta"?.
- ¿Qué pistas nos ha dado este artículo que pueden servirnos para que este confinamiento, este "paréntesis", nos sirva de algo más que para ver si nuestra vivienda necesita algunos arreglos?.
- ¿Qué otros cambios consideramos necesarios establecer en nuestra familia y en el modo personal de actuar y de relacionarnos con nuestro entorno social y natural?.
- ¿Cómo podríamos llevar a cabo nuestros propósitos de manera que siendo ambiciosos con ellos seamos también realistas y podamos cumplirlos?.
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