Si en
la tele sale alguna noticia que se ha hecho viral en redes sociales y en
diversos medios de comunicación pasa como con todo: parece como si eso fuera lo
único que está sucediendo en el país, como si eso fuera lo único importante.
Cuando
deja de aparecer… porque los medios de comunicación señalan otras cosas… parece
como si el asunto anterior hubiera dejado de existir ¿ya se solucionó todo?.
Uno de
esos capítulos es el acoso escolar y cuando éste se produce y además trasciende
al exterior de forma llamativa suelen ocurrir las siguientes cosas:
- - Las familias acusan a los docentes de no vigilar adecuadamente al alumnado.
- - Los docentes responsabilizan a los padres del alumnado por no educarles en valores tales como el respeto y la tolerancia entre otros.
- - Pocos se sientan conjuntamente para dialogar sobre el asunto y buscan soluciones en las que las responsabilidades son compartidas.
Suelen
escucharse expresiones tales como:
- “Los
docentes no cesan de quitarle importancia al acoso escolar y afirman que “hay
niños muy sensibles que se ponen mal por cosas sin importancia. Ahora cualquier
problemilla quieren que lo tomemos como acoso escolar y la mayoría vienen con
quejas sin importancia”. “Siempre ha sucedido, mientras no se vaya de las manos
no es grave.” “No hay que intervenir en los conflictos de los niños, deben
resolverlos ellos.” “Mi trabajo es enseñar, no estar pendiente de todo lo que
pasa. No soy psicólogo y tengo mucho trabajo con las clases y los informes.” “Los
niños son niños.” “Tienen que venir educados de casa.”
Y
concluyen en que: “Mientras se esconda que eso sucede en todas las aulas y
patios, en todas, a diario y se minimice y niegue el acoso, evitando ayudar a
quien pide ayuda hasta que es demasiado tarde, esto pasará. Mientras no
entendamos que los niños no están preparados para estar sin compañía consciente
adulta, habrá acoso”.
Otros incluso
van más allá: “Mientras no cambiemos la organización y la estructura de la
Educación, el estudio, el descanso, los horarios y hasta la arquitectura
carcelaria de los colegios no erradicaremos el acoso escolar”.
Las
quejas de los docentes.
Tienen
la otra parte de la verdad y su perspectiva tan fundamentada como puede estarlo
la de las familias:
- “No
podemos hacer de padres ni madres aunque a diario nos toque hacerlo también. Se
supone que en la familia los niños y niñas deben aprender a respetar a las personas,
a ser tolerantes ante las diferencias, a asumir que hay límites y unas normas
para la convivencia,… ¿qué esperan?, ¿que nos encarguemos sólo nosotros de eso?”.
- “Cuando
indagas un poco en las razones que llevan a unos niños o niñas a acosar a otros
descubres enseguida que en sus hogares hay constantes faltas de respeto y mucha
violencia entre la pareja o de los padres a los hijos. Los niños son esponjas y
lo único que hacen es reflejar en la escuela lo que viven en sus hogares”.
- “Otras
veces es la dejación. Los padres y madres se quejan de que en los patios de recreo
falta vigilancia y… ¡ojalá pudiera haber un docente por cada 5 ó 10 niños
vigilando pero es al revés: cada vez hay menos recursos humanos para atender
las necesidades educativas de los centros y a los que hay se les sobrecarga con
mil cosas que tienen más que ver con la burocracia que con el trato directo con
el alumnado!,… pero luego en los hogares los niños se atiborran de videojuegos
violentos, películas con contenido inadecuado para las edades de los niños y niñas,… sin ningún tipo de control ni
límite… en tal de que no molesten”.
Análisis
de esta realidad.
El
acoso escolar no nace de la nada. Es culpa de los adultos: Del profesorado que minimiza
o desatiende los signos de acoso que los niños denuncian. Del sistema que no es
realmente respetuoso con las necesidades reales de los niños y niñas (en lugar
de invertir tanto en burocracia… debieran más bien invertir en recursos humanos
que garanticen una mayor y mejor atención al alumnado en los centros docentes).
Y de las familias y los expertos que enseñan a educar matando el alma y la
bondad.
No
solucionamos nada arremetiendo unos contra otros como si la culpa de todo
siempre la tuviera el otro y no yo ni el de más allá (si hiciéramos esto…
estaríamos incurriendo en los mismos errores de conducta que observamos en los
niños y niñas).
Necesitamos
humildad para reconocer en cada ámbito nuestras carencias y limitaciones,
nuestros problemas de fondo, las causas de todos los despropósitos sin acusar,
sin juzgar a los demás, sencillamente reconociendo las cosas tal como son.
Necesitamos
humildad para reconocer que no lo podemos todo y que no tenemos en nuestras
manos todas las soluciones y que es bueno recurrir al otro para, como mínimo,
escuchar y observar otras perspectivas que nos hagan reflexionar y emprender procesos de cambio.
Propuestas.
Si
hacemos esto en primer lugar cada uno consigo mismo y luego con las personas
adultas que más cerca tenemos (en la familia: la pareja y otros familiares que
se relacionen con los hijos nuestros y del mismo modo en los ámbitos docentes
en los diversos espacios en que hablamos de la conducta del alumnado) estaremos construyendo un camino sólido para empezar a resolver este problema.
Necesitamos también sentarnos unos con otros y exponer con humildad nuestra realidad, también
nuestras limitaciones y carencias.
A
partir de ahí preguntarnos: ¿Qué podemos hacer para darle la vuelta a todo
esto?.
Porque
mientras sigamos tratando a los niños y niñas sin respeto, educando con
insultos, chantajes, castigos físicos, gritos, negación de las emociones,
burla, falta de contacto físico afectivo, autoritarismo porque sí, maltratos,
dejación de funciones,… esos niños seguirán haciendo a otros el daño que
previamente ellos han sufrido y sufren en cualquier ámbito. Y mientras no
exista voluntad de hacer cambios en los adultos, no habrá ninguna solución.
CORRESPONSABILIDAD.
Asegurar
que, desde cada uno de los ámbitos y a partir de las limitaciones insalvables,
cada ámbito nos comprometamos a trabajar para erradicar los errores cometidos,
pongamos en marcha actitudes y prácticas que eduquen en los valores del
respeto, la tolerancia, la solidaridad con el otro, la corresponsabilidad, etc…
que tanto bien pueden hacer en la convivencia.
Aún cuando
en cada ámbito haya un firme compromiso por mejorar esta situación y tratar de
resolverla es necesario trabajar en equipo con el resto de la comunidad: todos
aquellos agentes que intervienen de una u otra manera en la educación de los
hijos.
Por lo
tanto es necesario establecer y mantener espacios de encuentro entre las
diversas partes: familia, centro docente, equipos técnicos, administración
educativa,… para:
- abordar los temas que a todos nos preocupan,
- ver la manera de afrontar los conflictos y demás elementos problemáticos relacionados con el acoso escolar,
- aportar ideas que podamos llevar a cabo desde cualquiera de los ámbitos particulares para reforzar los objetivos comunes que nos propongamos,
- concretar acciones y ayudarnos o enseñarnos unos a otros maneras de llevarlas a cabo y
- establecer espacios y herramientas para revisar el proceso y ver si es necesario cambiar, añadir, quitar, corregir,… de manera que logremos entre todos llegar a lo que nos proponemos.
(Artículo inspirado en: http://www.pedagogiablanca.net/quien-ensena-a-acosar-a-los-ninos/)
- ¿Tu hijo sufre algún tipo de acoso?.
- Le han pegado a mi hijo ¿qué colegio es éste?.
- A vueltas con el acoso escolar.
- Las denuncias por acoso escolar se disparan.
- El acoso escolar se ve más y es más grave.
- Víctimas del acoso escolar: culpa, vergüenza y silencio.
- Reflexión de una madre: el acoso escolar se acabará cuando....
- Cómo acabar con el acoso escolar para siempre.
- Así combate Finlandia el acoso escolar.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
- Desde tu perspectiva ¿cuáles son las razones por las cuales el acoso escolar se sigue produciendo aún a pesar de todos los esfuerzos para erradicarlo?.
- ¿Cómo tendríamos que hacer para lograr un análisis amplio, claro y fiable acerca del acoso escolar?.
- ¿A qué nos tendría que llevar ese análisis?.
- ¿Te parecen adecuadas y suficientes las ideas que se proponen aquí para luchar contra el acoso escolar?, ¿qué otras propondrías: en el ámbito familiar, en el docente y a la administración pública?.
- ¿A qué podemos comprometernos desde nuestro ámbito para contribuir a la erradicación del acoso escolar?.
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