El TDAH
(Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) es un trastorno en el
que intervienen tanto factores genéticos como ambientales. El TDAH es un
trastorno de conducta que aparece en la infancia, y que se suele empezar a
diagnosticar en torno a los 7 años de edad aunque en algunos casos este
diagnostico se puede realizar de una manera más precoz.
Se manifiesta como un
aumento de la actividad física, impulsividad y dificultad para mantener la atención
en una actividad durante un periodo de tiempo continuado. Además de esto hay
niños en los que se observan a su vez problemas de autoestima debidos a los
síntomas propios del TDAH y que los padres no suelen asociar a dicho trastorno.
A su vez, el TDAH se puede asociar con frecuencia a otros problemas, y sus consecuencias se aprecian en distintos
ambientes de la vida del niño, no sólo el escolar, sino que también afecta en
gran medida a las relaciones interpersonales tanto con la familia, como con otros
niños y con sus educadores, siendo estas interrelaciones clave en el desarrollo
del niño.
Cómo ayudar al niño/a con TDAH a actuar de forma
reflexiva.
(Documentación facilitada por la Fundación CADAH: http://www.hablamosdeltdah.com/portal/estrategias/menu.html?account=hablamos-del-tdah):
La
mejor manera de ayudar al niño es siendo un buen modelo. Tenemos que intentar
ser menos
impulsivos. Una forma de conseguirlo es respetar los turnos cuando mantengamos conversaciones
con otras personas. Debemos enseñarles a gestionar los problemas. Esto se puede
conseguir verbalizando las soluciones, señalando sus pros y contras.
Si lo
que nos proponemos es enseñar al niño con TDAH a ser más reflexivo y, por lo
tanto, menos impulsivo, los primeros que debemos de actuar de esta manera somos
los padres, docentes y profesionales que trabajemos con el niño. La
mejor manera de ayudar al niño es siendo un buen modelo, actuando de la manera
en que queremos que actúe el niño.
Fomentar el autocontrol.
Cuando
hablamos de autocontrol, nos referimos a la capacidad que tienen las personas
de gestionar, de una manera voluntaria y consciente sus actos, producciones
verbales o su comportamiento en general.
Hay que
ayudarle a controlar e inhibir la conducta, a controlarse. Para ello se le
enseñará a pensar antes de actuar, que se tome su tiempo antes de responder,
etc. Con esto, a lo que nos estamos refiriendo es, evidentemente, a instruirlo
en el uso de las autoinstrucciones.
Además,
generaremos estrategias de entrenamiento para ayudarle a entretenerse mientras
demora la respuesta.
Por ejemplo: Con los niños pequeños podemos llevar siempre
en el bolso una libretita.
Entonces,
cuando ellos se aburran podrán pintar en ella. A los más mayores podemos
enseñarles, por ejemplo, que mientras espera una cola, vaya planificando lo que
tienen que hacer luego.
Estas estrategias dependen, evidentemente, de cada niño
y de cada situación. Debemos buscar, o mejor, promover que ellos busquen estrategias que
les sirvan para controlar la conducta y la impulsividad.
La
impulsividad es una de las causas del comportamiento inadecuado, la
precipitación en las respuestas hacen que no entren en marcha los mecanismos de
reflexión que seleccionarían una respuesta más adecuada, que probablemente
sería más racional y menos emocional que la que tiene los niños con TDAH en la
mayoría de las ocasiones.
Por
ello, las autoinstrucciones les van a proporcionar, de manera paulatina, una
serie de pasos que deberán seguir, hasta el momento en que los interioricen e
incorporen a sus rutinas, para que sus actuaciones sean más reflexivas y menos
impulsivas poco a poco.
Cuando
lo que queremos no es modificar una conducta, sino cambiarla por completo o
hacer que desaparezca, lo mejor es la ignoración. Muchos de los comportamientos
disruptivos que tienen los niños, tienen un propósito, generalmente la búsqueda
de una respuesta por parte de los mayores, los compañeros de clase, los amigos,
etc. Si el niño no obtiene esa respuesta que busca, que para él es como una
recompensa, poco a poco irá eliminando la conducta puesto que no le reporta
ningún beneficio, hasta el momento en que se elimine por completo.
Apoyo de los recursos sociales.
Apoyo de los recursos sociales.
Entre ellos y de manera especial está la escuela, el centro docente en el
que están nuestros hijos. Es importantísimo que familia y escuela
compartamos información en relación con:
- El punto en que se encuentran
nuestros hijos: conductas, necesidades, potencialidades y recursos
personales.
- Su proceso y evolución, sus
progresos, retrocesos o estancamientos.
- Estrategias, actividades y formas de ayudar a nuestros hijos para superar este trastorno; estrategias que podemos compartir unos con otros para reforzar esa mejoría.
PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:
Bibliografía:
- Martínez Martín, Mº.A. y col.
Todo sobre el TDAH. Guía para la vida diaria. Editorial Altaria (2013).
- Bonet. T, Soriano. Y, Solano.
C. Aprendiendo con los niños hiperactivo. Thomson (2007).
- Falsos mitos o creencias relacionados con el TDAH.
- ¿Qué es el TDAH? (Fundación CADAH).
- ¿Qué es le TDAH? (KidsHealth).
- Transtorno del Déficit de Atención e Hiperactividad.
- Tratamiento conductual para niños y adolescentes con
TDAH.
- Cómo ayudar a los niños con TDAH en sus relaciones
sociales.
- Recomendaciones para padres de niños con TDAH.
- Guía práctica para padres sobre el TDAH.
- ¿Cómo ayudamos a los niños con TDAH?.
- Estrategias para educar niños con TDAH.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Qué dudas teníamos antes y que
hemos aclarado gracias a este artículo y a los enlaces-web o bibliografía
que hemos presentado?.
- ¿Qué otras cuestiones nos
quedan sin aclarar o qué nuevas incógnitas, preguntas, se nos han generado
tras la lectura de esta entrada?.
- Si somos padres con hijos con
TDAH ¿qué diríamos desde la propia experiencia?, ¿qué nos ha ido bien
hasta la fecha en nuestra relación con ellos?.
- ¿Qué ayudas necesitamos y qué
otras podemos ofrecer?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario