Los
efectos que las pantallas, ya sean tabletas, móviles, ordenadores o la
televisión, pueden tener en los niños pueden ser nefastos. Las consultas de
muchos neuropsicólogos y también de pediatras se están llenando de pequeños
adictos. Los efectos pueden pasar de un mal humor constante y conductas
violentas a diagnósticos de déficit de atención o hiperactividad.
Por
ello, los pediatras están intentando concienciar a los padres de la importancia
de limitar el consumo de estos medios digitales en sus hijos. Esta misma línea
sigue Catherine L´Ecuyer, divulgadora de temas de educación y autora de
bestseller como Educar en el asombro e Educar en la realidad. Y para ello,
recoge y analiza en El País algunas de estas recomendaciones:
La
Asociación de Pediatría Canadiense ha publicado recientemente sus
recomendaciones respecto al consumo de medios digitales en edades tempranas. Se
parecen mucho a las recientes de la Academia Americana de Pediatría. Es lógico,
ya que los estudios sobre los que se apoyan ambas organizaciones son los
mismos.
Las
recomendaciones se articulan alrededor de cuatro ideas claves:
Limitar
el tiempo de medios digitales para los niños de menos de 5 años:
1. Nada
de consumo para los niños de menos de 2 años.
2.
Menos de una hora al día para los niños de entre 2 y 5 años.
3. Nada
de consumo una hora antes de ir a la cama.
4. Nada
de consumo pasivo de pantalla en los parvularios (o sea, nada de películas
comerciales).
5.
Concretar tiempos libres de pantalla durante las comidas y durante el tiempo de
lectura.
6.
Controlar el contenido y estar, en la medida de lo posible, con el niño
mientras consume pantalla.
7. Dar
prioridad a contenidos educativos y adaptados a la edad de cada niño.
8.
Adoptar estrategias educativas para la autorregulación, la calma y el
establecimiento de límites.
Estar
atento a la utilización de las pantallas:
9.
Tener un plan (no improvisar) respecto al uso de las pantallas en el hogar.
10. Ayudar a los niños a reconocer y cuestionar los mensajes publicitarios, los estereotipos y otros contenidos problemáticos.
10. Ayudar a los niños a reconocer y cuestionar los mensajes publicitarios, los estereotipos y otros contenidos problemáticos.
11.
Recordar que demasiado tiempo dedicado a las pantallas deriva en oportunidades
perdidas de aprendizaje (los niños no aprenden a través de la pantalla en esas
edades).
12.
Recordar que ningún estudio apoya la introducción de las tecnologías en la
infancia.
Los
adultos deberían dar el ejemplo con un buen uso de las pantallas:
13.
Sustituir el tiempo de pantalla por actividades sanas, como la lectura, el
juego exterior y las actividades creativas.
14.
Apagar los dispositivos en casa durante los momentos en familia.
15.
Apagar las pantallas mientras no se usan, evitar dejar la televisión “siempre
puesta”.
En 2006
y en 2011, la Academia Americana de Pediatría ya había hecho recomendaciones
parecidas, pero estaban basadas principalmente en investigaciones sobre el
consumo de la televisión, ya que no había aún conjuntos de estudios
concluyentes sobre el efecto de la tableta o del smartphone en la mente
infantil. Este vacío temporal dio mucho que hablar. Dimitri Christakis, uno de
los principales expertos mundiales en el efecto pantalla —y sobre cuyos
estudios se basó la Academia Americana de Pediatría para emitir sus
recomendaciones de 2006 y 2011—, se preguntó públicamente en 2014 si esas
recomendaciones se aplicaban también a la tableta, dada su peculiar
interactividad.
Su
pregunta —que no se apoyaba en estudios, sino en su intuición personal— sembró
la duda, y provocó la publicación de cientos de artículos en Internet que la
interpretaban como una bendición de la tableta en el ámbito educativo. El
argumento era que quizá no es lo mismo estar pasivamente sentado ante un
televisor que estar jugando con la tableta. Los estudios no confirmaron su
hipótesis. Hoy sabemos que los estudios no marcan diferencias sustanciales para
esos dos medios antes de los 5 años, ya que el efecto pantalla tiene más
inconvenientes que beneficios para esa franja de edad.
El
consumo de pantalla por encima de lo recomendado por las principales
asociaciones pediátricas en el mundo puede contribuir a un déficit de
aprendizaje, a una pérdida de oportunidades de relaciones interpersonales, a la
impulsividad, a la inatención, a la disminución del vocabulario, a problemas de
adicción y de lenguaje. Y el etcétera es largo. La lógica es que la atención
que un niño presta ante una tableta no es una atención sostenida, sino una
atención artificial, mantenida por estímulos externos frecuentes e
intermitentes. Quien lleva la rienda ante una tableta no es el niño, sino la
aplicación del dispositivo, programada para enganchar al usuario.
En
definitiva, hoy sabemos que los niños no aprenden a través de una pantalla,
sino mediante la experiencia con lo real y a través de sus relaciones
interpersonales con una persona sensible. Y los dispositivos, por muy
sofisticados que sean sus algoritmos, carecen de esa sensibilidad. Porque la
sensibilidad es profundamente humana.
La
importancia de que los niños toquen, huelan, oigan y vean.
El
cerebro humano está hecho para aprender en clave de realidad y los hechos nos
indican que los niños aprenden a través de experiencias sensoriales concretas
que no solamente les permiten comprender el mundo, sino también comprenderse a
sí mismos. Todo lo que los niños tocan, huelen, oyen, ven y sienten deja una
huella en su mente, en su alma, a través de la construcción de su memoria
biográfica que pasa a formar parte de su sentido de identidad. En definitiva,
los niños aprenden en contacto con la realidad, no con un bombardeo de
estímulos tecnológicos perfectamente diseñados. Tocar la tierra húmeda o
mordisquear y oler una fruta deja una huella en ellos que ninguna tecnología
puede igualar.
Y eso
de que perderán “el tren” u “oportunidades laborales” por no saber usar una
tableta... Pues quizá ya es tiempo de que borremos esas arcaicas ideas de
nuestras acomplejadas mentes de inmigrantes digitales. La tecnología está
programada para la obsolescencia, como es lógico. Es ley de mercado. No nos
engañemos, si nuestro hijo o nuestra hija aprende sin ayuda a manejar un
smartphone en cinco minutos, no es porque nació nativo digital y por lo tanto
sumamente inteligente, es porque los ingenieros que conciben y diseñan esos
dispositivos son inteligentes inmigrantes digitales. Steve Jobs lo sabía porque
los contrataba él, quizá por eso no dejaba a sus hijos usar el IPad. Y quizás
por eso altos directivos de empresas tecnológicas de Silicon Valley mandan a sus
hijos a una escuela que no usa pantallas.
El
"trance digital".
No nos
dejemos enredar por la idea de que “la mejor educación en el uso responsable de
las tecnologías se hace adelantando la edad de uso”. Los estudios no respaldan
esa hipótesis, que demasiadas veces nos presentan fundaciones y empresas
educativas patrocinadas por entusiastas empresas tecnológicas. Es una lástima
que el ámbito científico no tenga los recursos económicos suficientes para
divulgar sus hallazgos, para competir contra los ilimitados presupuestos de
marketing de las empresas tecnológicas y contra el “trance digital” que sufren
algunas empresas educativas. Ese trance digital es contagioso y puede hacer
perder la perspectiva a más de un padre, llevándoles a percibir un cambio tecnológico
con una actitud de fascinación casi apocalíptica, que interpreta el cambio
tecnológico como radicalmente determinante y revelador del futuro, como una
condición sine qua non para el progreso de la educación de sus hijos.
Al
ritmo actual de la obsolescencia tecnológica, esa tesis no es realista. Claro
que es importante la tecnología, claro que mejora nuestra calidad de vida.
¿Quién se imagina conduciendo sin GPS y con mapas enormes de papel, siendo
operado con tecnologías antiguas, buscando una dirección o planificando
vacaciones sin Internet, o trabajando a diario sin un ordenador en condiciones?. No, no se trata de ser un nostálgico del papel. Sin embargo, la tecnología es
útil y maravillosa en mentes preparadas para usarlas, no en mentes inmaduras que
todavía no tienen capacidad de autocontrol, templanza, fortaleza y sentido de
la intimidad. En un mundo con más pantallas que ventanas, la mejor preparación
para el mundo digital siempre será la que ocurre en el mundo en tres
dimensiones, en el mundo real.
Fuente: https://www.religionenlibertad.com/consejos-practicos-concretos-los-pediatras-para-crear-58582.htm
PARA AMPLIAR O CONTRASTAR:
- Las pantallas pueden dañar la familia.
- Uso seguro y saludable de las nuevas tecnologías.
- Nada de móvil hasta los 12 y sin whatsapp hasta los 16.
- 9 consejos para el uso de las tabletas para los niños.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
- ¿Qué pensamos de los "15 consejos prácticos para evitar adicción a las pantallas en nuestros hijos"?.
- ¿Cuáles de ellos estamos llevando ya a la práctica?, ¿cuáles nos cuestan más y por qué?.
- ¿Qué otras estrategias estamos usando y que nos dan buenos resultados evitando así el uso abusivo de las pantallas?.
- ¿Qué otras reflexiones o artículos sobre este tema recomendaríamos a las familias?.
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