Poner límites, enseñar a escuchar y leer,
ser perseverante... Leer
libros, saber historia y literatura, entender el pasado... será clave, y nada
desdeñable.
Olga R. Sanmartín, del diario El Mundo, ha acudido a Doha, Qatar, a la Cumbre Mundial
sobre Innovación en la Educación, la famosa WISE Summit 2017
(www.wise-qatar.org/summit) que ha reunido una vez más a los mayores expertos
en enseñanza del mundo entero.
En esa
cita ha quedado claro que ni la postmodernidad ni la capacidad de adaptarse o
de innovar van a ser más importantes en las nuevas generaciones que habilidades
clásicas como saber leer y entender lo que se lee, tener certezas firmes y
valores éticos, reglas bien delimitadas y disciplina. Lo clásico sigue siendo eficaz, y en el siglo XXI, más global y tecnológico que nunca, se verá
claramente.
Diez
claves para educar mejor a las nuevas generaciones.
1. EL
ASOMBRO:
Platón
dijo que el fin de la educación era «enseñar a desear lo deseable». El buen
educador potencia la curiosidad y el asombro. Pero los críos de ahora viven
estresados con sus tareas y sus extraescolares. «Los niños empiezan la escuela
deseando aprender y acaban pensando sólo en aprobar», expresa Carmen Pellicer,
presidenta de la Fundación Trilema.
«Disfrutar
del aprendizaje es fundamental. Educar no es cuestión de estrategia, sino de
cariño. Frente a la presión academicista de los ránkings, del informe PISA y de
las competencias, necesitamos una educación emocional, de aprender a ser
persona». Hay que relajarse, volver a la naturaleza y vivir la experiencia de
lo real.
2. LA
LEARNABILITY:
Ya no
vale con ser inteligente. Ni siquiera basta sólo con tener talento, que es la
forma de gestionar la inteligencia. La palabra de moda es learnability, que
José Antonio Marina define como «el deseo y la habilidad de aprender rápida y
eficazmente». Es una herramienta clave para los jóvenes, que en su vida laboral
tendrán que reciclarse entre 10 y 14 veces.
El
aprendizaje dura ahora toda la vida. El futuro no será de los más listos, sino
de los que tengan más ganas de aprender y mantengan más tiempo ese deseo. La
persistencia, el esfuerzo y el carácter son los valores del siglo XXI.
La
única cosa que tienen clara los distintos partidos políticos que negocian el
Pacto de Estado por la Educación es que hay que poner más educación cívica en
la nueva ley. Cada vez va a ser más importante enseñar en el respeto al
diferente, porque cada vez hay más migraciones y más diversidad. Se ha puesto
de moda en los colegios (el Miguel Catalán de Coslada, el Instituto de Sils) el
aprendizaje-servicio, algo parecido a lo que antes se llamaba trabajo social.
4. EL
CONOCIMIENTO:
Existe
un creciente interés en el mundo educativo por que los niños aprendan
conocimientos concretos. «Ahora se está poniendo mucho énfasis en la educación
orientada para el mercado laboral, pero en el futuro veremos el regreso de la
Historia, de la Geografía y de la Literatura. Si tenemos conocimientos
concretos, podemos entender mejor lo que está pasando y estar más preparados.
Los niños tienen que saber de dónde vienen y conocer el contexto. Los hechos
son importantes», insistía durante la Cumbre Mundial de Educación el director
de la revista económica tunecina Afrique Magazine, Zyad Limam.
5. LOS
LÍMITES:
«Disciplinar
no es solamente poner límites, es, sobre todo, educar en la conciencia del
respeto al valor terapéutico de los límites», expresa el educador GregorioLuri, que dice que hay padres que piensan que el "no" es una especie
de virus con un poder traumatizante.
Maia Chankseliani, profesora de Educación Comparada e Internacional en la
Universidad de Oxford, lo corrobora: «Las reglas son muy importantes como parte
de la educación. Los jóvenes no pueden ser completamente libres, deben estar
enmarcados dentro de una cierta estructura». No hace falta ser unos padres
autoritarios, pero sí poner reglas, educar en los hábitos y en el rigor y
conseguir que se cumplan. Los límites dan seguridad en la incertidumbre.
6. LA
RESILIENCIA:
La
resiliencia es la capacidad del ser humano para adaptarse positivamente a
situaciones adversas. El mundo postmoderno está obsesionado con el éxito y no
enseña a los niños a caerse y levantarse. No hay nada malo en la frustración,
pero los padres tienen miedo a asumir que sus hijos fallarán.
Fanny Auger, gurú de la 'slow life' [vida lenta] que imparte talleres en Francia
sobre cómo aprender a vivir con el fracaso, asegura que «fallar muestra cómo
eres en realidad» y recuerda los inconvenientes de querer alcanzar la
perfección a toda costa. «Muchos problemas vienen porque los niños tienen miedo
a defraudar a sus padres. Hay que ser compasivo y amable con uno mismo»,
indica. Un fracaso a tiempo es un triunfo; por ejemplo, una mala nota puesta a
principio de curso ayuda a mejorar.
Karen Symms Gallagher, decana de la Rossier School of Educaction de la Universidad
del Sur de California, cuenta cómo «la tecnología sirve para individualizar los
programas educativos» de cinco high schools que ha rediseñado para repescar a
alumnos que no lograban graduarse. 90 estudiantes de la misma edad tenían hasta
11 niveles educativos distintos, pero las tabletas les han permitido «aprender
cada uno a su ritmo» dentro de la misma clase y con el mismo profesor.
Nadie
discute los beneficios de las nuevas tecnologías; ahora bien, los alumnos deben
aprender a distinguir lo esencial de lo irrelevante.
8. LA ALFABETIZACIÓN
MEDIÁTICA:
La
mayoría de los expertos de la Cumbre Mundial de la Educación considera que en
los colegios se deberían impartir herramientas de lo que se denomina
alfabetización mediática (media literacy) para que los alumnos aprendan a
detectar las noticias falsas. Insistió mucho en ello la jequesa de Qatar, Mozahbint Nasser, que reclamó que «en los planes de estudio haya competencias para
que los estudiantes se aparten de pensamientos estereotipados».
9. LA
LECTURA:
No hay
nada mejor que educar con el ejemplo y es difícil pretender que los chicos se
interesen por un libro cuando el 36% de la población española reconoce que no
lee nunca o casi nunca, según el CIS. Pero la lectura es importante, recuerda
la OCDE, y cualquier lectura es mejor que no leer, sean cómics, revistas o
novelas online. Además de sus ventajas cognitivas (refuerza la ortografía y la
comprensión lectora), lo mejor de la lectura es que nos enseña a estar solos,
nos permite viajar a otros lugares y vivir otras vidas y nos ayuda a entender
el mundo.
10.
APRENDER A ESCUCHAR:
Sir Michael Barber, que fue asesor educativo de Tony Blair, explica que hay una
escuela «muy buena» a las afueras de Londres, la School 21, «que está centrada
especialmente en enseñar a los niños a escuchar y a hablar». El colegio forma
en la oratoria, pero también proporciona herramientas para comprender otros
puntos de vista. «Enseñar a argumentar es importante, pero mucho más es enseñar
a escuchar. Es fundamental enseñar en el arte de no estar de acuerdo, porque,
en la era de Twitter, la gente discrepa sin tratar siquiera de entender al
otro».
Fuente: https://www.religionenlibertad.com/claves-educacion-del-futuro-poner-limites-ensenar--60761.htm
PARA AMPLIAR Y/O CONTRASTAR:
- 20 claves educativas para el 2020.
- Claves educativas de los 6 a los 12 años.
- Claves educativas de tus hijos adolescentes.
- Claves educativas.
PARA LA REFLEXIÓN Y DIÁLOGO EN FAMILIA:
- ¿Qué pensamos de estas 10 claves que nos propone Olga R. Sanmartín?. ¿Qué novedades nos han aportado?, ¿qué coincidencias con lo que ya pensábamos?.
- ¿Qué conclusiones obtenemos sumando esto a lo que nos han aportado los enlaces "para ampliar"?.
- ¿Cómo trabajar estas claves en el ámbito familiar?. ¿A qué nos podemos comprometer los padres?. ¿Y los hijos: cómo pueden participar en su autoformación para desarrollarlas?.
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