Estamos en febrero y a partir de estas fechas se abren ya las
matrículas en los centros de Enseñanza Secundaria.
Parece sencillo apuntar a nuestros hijos en Secundaria cuando van a
terminar Primaria, máxime si en el mismo centro escolar se hallan ambas etapas
y estamos contentos con el proceso seguido hasta la fecha. Pero... y ¿y si no
es así?, ¿qué centro educativo elegir?.
Todo tiene su trascendencia.
Es más que importante que nos planteemos la cuestión de la
"elección de centro" con sentido de la responsabilidad, no todo es lo
mismo, ni vale cualquier cosa por muy parecidos que puedan ser unos centros a
otros, siempre hay sus diferencias que redundarán en los resultados que
obtendrán nuestros hijos. Cuando ellos tengan mayor edad y muchos más criterios
para discernir... ya elegirán ellos entre las distintas opciones que tengan,
pero a la edad de 12 años... que es cuando concluyen Primaria... esa elección
nos corresponde a los padres aunque, por supuesto, podamos escuchar y valorar
las opiniones de nuestros hijos, eso siempre.
¿Qué criterios tener en cuenta?. Jesús Jarque nos propone una amplia y
sencilla reflexión al respecto que recomendamos lean antes de seguir con la
lectura de este artículo:
En ese artículo de Jesús Jarque habrán observado que valora los
siguientes criterios:
- Proyecto Educativo del
centro.
- Metodología.
- Profesorado.
- Curriculum
"oculto".
- Otros elementos: Distancia
de ese centro de nuestra vivienda, número de alumnos por aula, precio a
pagar, recursos humanos de ese centro, calidad de su enseñanza,...
- ...
- Patearnos los distintos
centros de Enseñanza Secundaria a los que tengamos acceso e
interesarnos por todos esos elementos que se nos mencionaron antes.
- Hagámoslo con tiempo, no
esperemos a que se abra el plazo de inscripción sino que recabemos toda
la información posible al respecto.
- Establezcamos pros y
contras para cada uno de ellos, con tranquilidad, objetividad,...
procurando que las dudas sean las menos posible (por eso es importante
recabar antes la mayor información posible).
- Interesarnos especialmente
por el Proyecto Educativo de Centro, ya que en ese documento hallaremos el
ideario de dicho centro y su forma de trabajar con su alumnado.
Preguntemos por ello, no nos contentemos con cuatro explicaciones que
siempre suenan muy bonitas. ¿Por qué?, ¿para qué?:
- Porque de ahí se
derivarán todas las actuaciones que luego se llevarán a cabo con nuestros
hijos y la filosofía que en esas actuaciones se transmitirá a su
alumnado.
- Para que sepamos a qué
atenernos si acaso apuntamos a nuestros hijos a ese centro docente y cómo
interactuar con la comunidad educativa cuando tengamos ocasión.
- Preguntar por la A.P.A. y
su funcionamiento y ver la manera de implicarnos en ella:
- Hay centros que no la
tienen ni quieren tenerla pero se callan ese dato cuando matriculamos a
los hijos. ¿Por qué?,... según sus directivas "porque creen que las
APAs son un estorbo más que un beneficio para el cometido docente";
de esto se desprenden serias conclusiones que nos deben hacer pensar y
descartar centros así.
- Donde no hay
transparencia, donde se coarta o niega la participación del colectivo de
padres y madres en las decisiones que un centro docente toma... no
podemos esperar tampoco que respeten la educación que nosotros como
padres educadores de nuestros hijos queramos darles.
- Si queremos que nuestros
hijos tengan acceso a la formación en el hecho religioso y el centro docente muestre respeto a
nuestras convicciones morales no dudemos en solicitar expresamente
la posibilidad de que nuestros hijos puedan cursar la asignatura
correspondiente.
- Es nuestro derecho y el
de nuestros hijos y no valen excusas que a veces ciertas directivas
ofrecen por cuestiones puramente ideológicas que tratan de marginar la
aplicación de este derecho constitucional.
- Si vemos que aunque se
accedió a nuestra petición luego el centro no aplica la ejecución de su
propia palabra... reclamémoslo, abordemos esta cuestión en la APA del
centro y dejemos constancia de ello también ante las autoridades competentes.
- Los centros docentes no
son propiedad de directiva alguna ni de partido ni sindicato ni ideología
cualquiera, son propiedad del Estado o Gobierno autónomo correspondiente,
pero ese Estado o Gobierno autónomo somos todos porque se mantienen con
el pago de nuestros impuestos y, por lo tanto, es nuestra responsabilidad
y derecho intervenir en cuestiones como ésta.
Conclusiones.
Busquemos
ante todo el bien de nuestros hijos y la educación-formación que necesiten. En
función de este principio elijamos el centro que más se adecue a lo que
queremos para ellos.
Valoremos
también las circunstancias: la cercanía o lejanía de ese centro docente a
nuestro domicilio: hay que facilitar la asistencia y puntualidad de nuestros
hijos al centro docente, nuestras posibilidades económicas,...
Expresemos
nuestra intención de implicarnos en el desarrollo del Proyecto Educativo del
Centro, como parte de la Comunidad Educativa que somos (los centros docentes no
pueden suplirnos, están para complementarse con nosotros, colaboran con
nosotros en la educación de los niños y niñas y jóvenes).
Mantengamos
una relación constante con el profesorado de nuestros hijos también en
Secundaria; solemos mantener esa regularidad con facilidad en Educación
Infantil, disminuye en Primaria y en Secundaria es casi inexistente, sin
embargo esto no tiene por qué ser así: nuestros hijos necesitan otro tipo de
atenciones -van dejando de ser niños, crecen en todos los sentidos- pero no por
ello debemos abandonar la necesaria relación-familia-escuela (esto siempre va a
ser fundamental).
PARA LA
REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Qué pensamos de los
"criterios" que ofrecemos para la elección de centro docente
para nuestros hijos?, ¿qué crítica hacemos al respecto?; ¿añadiríamos
otros?, ¿cuáles?.
- ¿Cómo es nuestra
participación en la vida educativa de los centros docentes en los que
tenemos a nuestros hijos?, ¿nos satisface?; ¿en qué podría y debería
mejorar?, ¿cómo hacerlo ahora que van a cursar Educación Secundaria?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario