Y decimos bien, ¡qué menos que pedir o soñar esa bondad para con todos!.
Pero... ¿será el año nuevo mejor sólo porque cambie un numerito?.
Vivimos un tiempo siendo novios y pudimos haberlo hecho de muchas maneras
pero durante ese espacio de tiempo todo parecía ser maravilloso -realmente lo
era-: nos resultaba facilísimo ponernos de acuerdo para todo (bastaba con que
uno de los dos planteara cualquier cosa e inmediatamente el otro respondía
apoyando, la mayoría de las veces, esa propuesta); no hacía falta pedir ayuda a
la pareja pues antes de hablar ya le teníamos a piñón tratando de sacarnos de
cualquier apuro; si alguna vez había diferencias se resolvían mediante un
diálogo siempre respetuoso... y si en algún instante asomaban los celos...,
Parece una bobada pues diríamos: