Las Humanidades pierden terreno en la Enseñanza desde hace años y también hace ya un tiempo salen opiniones que reclaman cada vez con más fuerza el retorno de esas áreas.
¿Y… qué son las “HUMANIDADES”?. Son un conjunto de materias y disciplinas académicas referentes a la Literatura, la Historia, la Filosofía, Conocimiento del Hecho Religioso, Ciencias Sociales y Naturales, Educación Artística, Educación Física,… que aportan a la persona no sólo un conjunto de saberes sino también conceptos y reflexiones sobre la propia consciencia humana de la existencia y de sus relaciones con el entorno social y natural y, por lo tanto, ayudando a los estudiantes a adquirir enseñanzas para la vida.
Un poco de génesis y realidad.
Con la irrupción del Plan BOLONIA en
2010 (y la complicidad de las entidades responsables en lo educativo-docente) se dio un zarpazo enorme a este conjunto de áreas
reduciendo severamente su presencia en las aulas favoreciendo únicamente a las asignaturas empíricas (Matemáticas, Física, Química y Ciencias Tecnológicas)
por considerar que éstas son “realmente” prácticas y no las humanísticas ya que
capacitan para las exigencias del “mercado laboral” (terrible término éste: nos ponen en el redil de un simple "mercado" donde todo se puede comprar y vender como si la fuerza de trabajo de un obrero fuera sólo "algo en función de un beneficio mercantil, y no constructor de un mundo más humano y humanizador").
Después de una década se ven ya los efectos de tan equivocada decisión que ha llevado aparejadas otras no menos graves como la enorme burocratización de la enseñanza que sigue creciendo más y más cada curso académico, el excesivo y casi obsesivo afán de calificarlo todo y además desde la más tierna infancia (¡desde E. Infantil hay ya evaluaciones trimestrales con notas!) pero sin valorar suficientemente el "por qué y para qué" de las supuestas pruebas "objetivas", desprecio hacia los libros de texto denigrándolos como si no tuvieran excelentes cualidades si se aprovechan bien y enorme presión de las administraciones educativas por imponer tablets, móviles y demás en las aulas invirtiendo en eso muchísimo más que en personal docente (como si lo que educara fueran las máquinas e internet y no la relación entre las personas).
Esto es lo que hay. Puede que nos preguntemos: “Bueno, nosotros somos los padres y madres de nuestros hijos ¿qué podemos hacer nosotros para poder cambiar esto si nunca se nos ha consultado sobre qué Ley de Educación conviene o qué Plan de Estudios se va a implantar en los centros?”.
Cierto, no podemos cambiar esto desde
fuera, pero sí podemos trabajar con nuestros hijos de manera que nunca les
falte lo que el Sistema Educativo actual ha hecho menguar.
No se trata de apuntarlos a clases particulares o a academias donde se impartan sesiones de esas áreas humanísticas “para compensar” el desequilibrio de conocimientos en el medio docente; no se trata de hacer más pesada aún la mochila de horas y tareas de nuestros hijos.
¿De qué se trata pues?.
Se trata en primer lugar de conocer lo
que estas áreas humanísticas aportan (es muy difícil motivar al conocimiento de
algo si nosotros mismos lo desconocemos). Tomar conciencia de lo que estos conocimientos aportan al desarrollo integral de la persona y proporcionar ese "saber" (saber para la vida) que esas áreas nos aportan. En segundo lugar, o al mismo tiempo,
estar muy atentos a nuestros hijos y tratar de descubrir qué necesitan para
lograr ese equilibrio de conocimientos y destrezas o habilidades que les
capaciten no sólo para desarrollar un trabajo en su vida adulta sino también y
sobre todo les sirva para sentirse bien consigo mismos, ser felices viviendo en
armonía plena consigo mismos y su entorno social y natural.
Nunca olvidemos, lo recordamos de nuevo,
que “los padres y madres somos los primeros y más importantes educadores de nuestros
hijos”. La escuela, el medio docente, es sólo un apoyo, una ayuda que ni es ni
puede ser un sustituto de nuestra capacidad de EDUCAR.
De acuerdo con esa observación atenta, de nuestro diálogo constante con nuestros hijos y también teniendo en cuenta lo que las ciencias humanísticas nos aportan sabremos enseguida qué y cómo hacer con ellos.
El vídeo que abre esta entrada finaliza
con un lamento, una súplica parece, una reflexión que llama la atención sobre
algo tan hermoso y maravilloso como es la música.
¿Vimos y escuchamos ya el “Concierto deAño Nuevo 2022”?. ¿Nos hemos dado cuenta de lo que es una orquesta?: ¡qué
variedad de instrumentos!, ¡cuán diferentes son las formas físicas, las técnicas
o destrezas para hacerlos sonar, los sonidos que se obtienen,…!. Y sin embargo
¡cuánta armonía y belleza se logra en su conjunto!.
¡Nadie sobra!, ¡todos son necesarios!;
¡todos suman!, ¡nadie va por libre ni busca sobresalir!,… todo suma armonía.
Hace falta mucho ensayo, paciencia,
disciplina, constancia en el esfuerzo, educación del oído, adquirir ritmo,
sensibilidad,…labor de equipo y confianza de unos en los otros… para lograr como
resultado esa belleza del lenguaje musical que es lenguaje universal que todo
el mundo entiende y a todos nos hermana seamos de una religión u otra,
procedamos de un país u otro o tengamos tal o cual cultura o ideología.
La Música forma parte de la Educación
Artística y ésta de las Humanidades. Echemos una mano en nuestros hogares a la
formación humanística de nuestros hijos.
Santi Catalán
- ¿Por qué son importantes las HUMANIDADES?.
- Importancia de las HUMANIDADES.
- Importancia de las asignaturas humanísticas.
- ¿Qué nos ha aportado este artículo?.
- ¿Alguna vez hemos pensado que la escuela y la familia pueden funcionar como compartimentos estancos?. ¿Cómo nos iría a ambas partes si decidiéramos caminar más unidas, coordinadas, recíprocamente apoyadas?.
- ¿Qué creemos que es lo que más necesitan nuestros hijos de nosotros?. ¿Cómo podríamos dárselo?.
- ¿Qué propósitos, pues, podríamos plantearnos en este principio de año que ya echó a andar?.
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