martes, 15 de enero de 2019

10 propósitos que valen la pena

Seguro que los días navideños no faltó quien nos comunicara buenos deseos para el Año Nuevo. Luego nosotros pensamos: "Pues sí, ¡me voy a proponer para este año nuevo....!".
Pasan los días, las semanas y... de muchos hasta nos olvidamos. Y puede que al año que viene por estas fechas estaremos elaborando la misma lista porque no habremos conseguido cumplir ninguno.


En cambio, si nos animásemos los unos a los otros a mejorar y a perseverar, en lugar de a abandonar porque “no pasa nada” y “le sucede a todo el mundo”, seguro que el porcentaje de éxito sería mucho mayor.
Está demostrado lo negativo que resultan para la salud -incluso para la salud física, no solo mental- la desmotivación y la falta de objetivos en el día a día y en la vida en general.
Por eso hoy proponemos una serie de buenos propósitos con los que, además de los personales de cada uno, es conveniente que nos comprometamos todos. Porque nos ayudarán a mejorar la convivencia entre todos, algo básico para nuestro bienestar como comunidad, y a hacer del mundo un lugar mejor.

Nuestros otros propósitos para 2019.

1. Sonreír más. Además de liberar endorfinas, sonreír hace que los neurotransmisores activen la sensación de bienestar. Y eso por no hablar de que la sonrisa es siempre muy bienvenida por los demás, generando una sensación recíproca. No existe nada que transmita tanto como una sonrisa.

2. Se acabó el desear “ánimo”. ¿Tan complicada se ha vuelto la vida como para tener que desear constantemente “ánimo” en lugar de decir “adiós” o “hasta pronto”?. Desear “ánimo” a diestro y siniestro es recordar constantemente a los demás y a uno mismo los momentos difíciles que tiene la vida, como si conociéramos de antemano todas las pruebas en las que vamos a necesitar mucho ánimo para continuar con nuestra existencia. Aunque no deja de ser un convencionalismo social, es mucho mejor no dejar caer ese mensaje subliminal tan negativo, que recuerda a quien lo recibe lo dura que es la vida.

3. Quejarse menos. En el mismo sentido, pasarse el día quejándose por todo genera un clima de desasosiego y pensamientos cíclicos, impidiendo que las nuevas ideas positivas germinen. Además, aunque no lo parezca, afecta tanto a las personas que escuchan los constantes lamentos como a quien se queja sin parar. Positividad, ésa es la palabra.

4. Recordar los nombres. Una de las mejores formas de agradar y construir buenas relaciones personales es recordar el nombre de las personas que vamos conociendo. Al saludar es mucho mejor decir “Buenos días, Antonio” en lugar de un simple “Buenos días”; es una manera sencilla e inmediata de demostrar a la persona que se la tiene en cuenta. Después de varios encuentros, seguir dudando o equivocándose con el nombre de alguien es una prueba indiscutible de que no se ha prestado atención a esa persona, y resulta lógico que ésta se sienta un tanto dolida.

5. Preocuparse por los que nos rodean. ¿Cómo se llama el vecino del quinto?. ¿Qué fue de la vecina del segundo, a quien hace tiempo que no ve?. ¿Necesitará algo ese otro vecino mayor, a quien tanto le cuesta salir de casa?. Hacer de este mundo un lugar mejor empieza por interesarse por los que están más cerca.

6. Pasar más tiempo con los demás. Las preocupaciones del día a día, las prisas, las urgencias, el trabajo, las obligaciones… andamos como si no tuviésemos tiempo para nada y al final sacrificamos lo que parece prescindible: quedar con los amigos, con esos familiares queridos pero a los apenas ve… Dedicar tiempo a compartir momentos hará que, una vez terminado este año, tenga un montón de recuerdos impagables, surgidos de lo que hoy es todavía un simple propósito.

7. Desconectarse un poco de las redes sociales. Jamás un “me gusta” podrá sustituir a una buena charla en torno a un café, ni un emoticono a un abrazo, ni un “jajaja” en una pantalla a una franca carcajada mirándose a los ojos. No se trata de prescindir de las ventajas de la tecnología, sino de impedir que ésta nos aísle y nos aleje de las relaciones y las emociones reales. Que este año sea aquél en el que pusimos cordura en nuestra relación con la tecnología.

8. Combatir el estrés y vivir más relajado. El estrés es uno de los grandes males de nuestra época. Cuando se está estresado, no sólo la vida se hace más cuesta arriba, sino que también tiene graves implicaciones en la salud a largo plazo, pues ejerce una influencia determinante en múltiples enfermedades. Además, estar siempre estresado termina afectando también a quienes le rodean, generando ansiedad a su alrededor. ¿Se lo puede permitir?. Es el momento de que se plantee seriamente hacer algo para llegar a ser dueño de su tiempo.

9. Un paso adelante con el voluntariado. Ancianos que están solos, niños que necesitan ayuda en multitud de actividades, personas sin hogar… hay tantísimas necesidades ahí fuera que, si alguna vez se ha planteado aportar su granito de arena, éste puede ser el año en el que por fin dé un paso adelante. Por poco que pueda hacer, verá cómo todo suma. Además, ayudar no es sólo una cuestión de justicia, sino una de las formas más gratificantes de sentirse realmente útil.

10. Hábitos hacia un mundo más sostenible. Somos muchos y parece que lo poco que puede hacer cada uno de nosotros apenas cuenta, pero es exactamente lo contrario. Nuestro día a día está lleno de pequeños gestos que agreden al medioambiente y afectan a la diversidad y a la sostenibilidad del planeta. Lo bueno es que muchas de ellas podemos evitarlas o sustituirlas por otras más respetuosas con el entorno. Ahora es el mejor momento para replantearnos el impacto de cada uno de nuestros actos.

Nadie sabe qué nos deparará el año que ya está en marcha, pero lo que es seguro es que podemos contribuir a trazar el camino por el que queremos que discurra. Si esto les ha servido y les parece positivo... ¡pueden compartirlo con quien quieran, por supuesto!.

Nuestros mejores deseos para este año 2019.

Autoría del artículo:
  • ¿Cuáles son nuestros tres principales propósitos para este año nuevo?. ¿Qué esperamos conseguir con ellos?.
  • ¿Qué propuestas de las que aquí se presentan nos han servido para enriquecer nuestros planes para el 2019 y por qué?.
  • ¿Cuáles creemos que son las causas por las cuales no logramos los propósitos de años anteriores?, ¿qué debiéramos tener más en cuenta?.
  • ¿Cómo vamos a llevar a cabo nuestros actuales propósitos de manera que no se queden en papel mojado o tengamos que escribir los mismos cuando comience el 2020?.

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