Cualquiera de nuestros abuelos se echaría las manos a
la cabeza si leyera este titular: "¿Cómo va a ser eso?".
Pues se da e incluso se llega a la necesidad de poner
denuncias ante la policía cuando las edades de estos hijos y su fortaleza
física hacen que esa violencia pueda provocar serias consecuencias.
La respuesta del millón ante situaciones de este tipo
es la misma que haríamos si la violencia fuera a la inversa: "¿Por
qué?".
Analizando causas.
Cuando se nos ha escapado algún cachetón porque
nuestro hijo o hija ha hecho algo que consideramos grave; quienes ejercen esta
forma de "corregir" una conducta lo hacen -según expresan ellos
mismos- cuando ya la fuerza de la palabra o el razonamiento sosegado ya no
funcionan y fruto de nuestras emociones del momento soltamos "lo que
sea" para escarmentarle.
Si esto no es algo puntual sino que lo hacemos con
relativa frecuencia... estamos transmitiendo al hijo la idea de que
"cuando ya las palabras no sirven lo que hay que hacer es recurrir a la
violencia verbal o los golpes, la violencia física"... ya que es eso lo
que hace escarmentar y acceder a lo que uno quiere.
2ª)- ¿Puede que sea una conducta aprendida en la
escuela?.
"Mi hijo no era así. Nosotros nunca le pegamos,
en casa nunca vio en nosotros un solos gesto de violencia ni escuchó una mala
palabra, jamás de los jamases,... y mira, siempre hace esto cuando no hacemos
lo que él quiere". Los niños se cuentan casi todo unos a otros, unos se
enseñan a otros las estrategias para conseguir tal o cual cosa,... pero no sólo
eso: ellos observan que "tal o cual niño que pega a otros logra que nadie
se meta con ellos; acaban por temerle y se sale con la suya ante sus iguales".
La enseñanza de esto es obvia, especialmente en edades
muy pequeñas: "Si yo pego lograré que me respeten, me dejen hacer lo que
yo quiero".
3ª)- ¿Puede ser una conducta aprendida
"gracias" a la televisión, videojuegos violentos (la mayoría lo
son)?.
Quienes viven del negocio de estos aparatos y sus
accesorios afirman que "esa violencia que se expresa es en realidad un
reflejo de lo que ya hay en la sociedad y, por lo tanto, ellos no son
responsables de que en la sociedad se produzcan esas conductas violentas".
Todos sabemos que en realidad eso no es así del todo, ya que ciertas imágenes,
escenas,... como mínimo refuerzan, efectivamente, tendencias que ya están en
nosotros y en no pocas ocasiones también las inspiran.
La conclusión de los niños está clara: "Ésa es la
manera de resolver los conflictos definitivamente en la sociedad: eliminas al que se oponga a tus planes y punto, los quitas de en medio y asunto resuelto".
4ª)- ...
Y... ¿qué hacemos una vez detectadas las causas?.
En el primer caso -en nosotros mismos- apuntamos al
menos algunas cosas:
- DIALOGAR
con nuestros hijos sobre su conducta agresiva para con nosotros; que ellos
mismos nos digan sus razones para comportarse así con nosotros.
- RECONOCER
NUESTROS ERRORES. ¿Es esto rebajarse y perder autoridad?, en modo alguno.
Nuestros hijos ya conocen nuestros puntos flacos o por lo menos los
intuyen, saben que nos podemos equivocar. Cuando somos capaces de
reconocer nuestros errores les estamos diciendo: "De igual modo que
yo que soy tu madre, o tu padre, reconozco mis equivocaciones en mis
métodos tú también puedes hacer lo mismo. Cuando tú cometas errores
también podrás reconocerlos con humildad y no por ello dejarás de ser
quien eres ni perderás valor".
- RAZONAR
sobre las conductas agresivas, violentas, para resolver un conflicto: ver
cómo nos sentimos o nos hemos sentido durante y después de ello, los
frutos que hemos obtenido con esa violencia y, finalmente, proponer
alternativas no-violentas ante esos mismos conflictos.
- ESTABLECER
NORMAS asumidas por ambas partes para prevenir que esas conductas
violentas se vuelvan a manifestar y, caso de que se manifiesten otra vez,
establecer sanciones asumidas también por ambas partes.
- APLICAR
los acuerdos tal como los establecimos. En el momento en que dejemos de
aplicarlos... los convertiremos en agua de borrajas, así que seamos en
esto persistentes, no cedamos nunca a la tentación de pensar que "eso
no se volverá a producir". Cuando dejamos sin consecuencias un
acuerdo incumplido estamos transmitiendo la idea de que "ese acuerdo
carece de valor ya que no pasa absolutamente nada si lo incumplimos".
En el segundo y tercer caso -violencia observada en el
colegio, la calle, televisión y videojuegos-:
- DIALOGAR
sobre lo que se observa y sobre lo que se deriva siempre de todo tipo de
violencia. Los niños saben distinguir perfectamente lo que es justo de lo
que no, lo que construye felicidad de lo que la destruye, por lo tanto
sabrán analizar muy bien las imágenes externas y podremos enseñarles a
adquirir sentido crítico frente a esas conductas observadas.
- CONTACTEMOS
CON EL TUTOR O TUTORA DE NUESTRO HIJO. Con toda seguridad la información
que nos den en el colegio nos será de gran ayuda para orientar nuestra
reflexión al respecto con nuestros hijos.
- ENSAYAR
RESPUESTAS CONSTRUCTIVAS ante distintas situaciones en la escuela o cualquier otro
espacio fuera del hogar que expresen violencia y que de alguna manera les
impulsen a responder de la misma manera. El objetivo es aportar
alternativas que ellos puedan manejar ante esas situaciones cuando se
produzcan.
- ESTABLECER
NORMAS y CONSECUENCIAS que nuestros hijos se puedan autoaplicar cuando se
vean incumpliendo sus propósitos al respecto.
- AUTOAPLICACIÓN
de estas NORMAS y CONSECUENCIAS. De tal manera que ello les sirva para
desarrollar el autocontrol y crear el hábito de resolver cualquier
conflicto mediante estrategias respetuosas con toda persona, también con
ellos mismos, y siempre no-violentas. En esta autoaplicación de
consecuencias conviene que mediemos un poco (los niños suelen ser muy
severos consigo mismos en cuanto a sanciones a imponer a otros o incluso,
a veces, a sí mismos).
Y si con todo esa actitud violenta de nuestros hijos
perdura en el tiempo a pesar de todo... entonces estamos hablando ya de algo
muy serio, muy grave, y tendremos que afrontar la situación con especialistas que nos puedan
orientar al respecto: por nuestro bien y el de nuestros hijos.
Finalmente, ante todo y siempre,... DEMOSTREMOS AMOR y
acogida incondicional a nuestros hijos (podemos ser muy severos con las
actitudes que ellos manifiesten cuando sean negativas... pero nuestros hijos
serán siempre amados y respetados: ellos son mucho más que sus hechos y
actitudes), como también entre nosotros como pareja (huelga decir que "el
peor de los mensajes, la peor de las palabras y la peor de nuestras violencias
hacia los hijos, sería la violencia entre nosotros, padre y madre de nuestros
hijos"; el ejemplo es el mejor discurso).
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Nos
consideramos "maltratados" por nuestros hijos o alguno de
nuestros hijos?. ¿Qué efectos está produciendo esto en nosotros?.
- ¿Nos
sirven las estrategias aquí señaladas para afrontar esa violencia?, ¿qué
otras creemos que sería necesario añadir?.
- Si
afortunadamente "no somos maltratados en la actualidad pero lo fuimos
en alguna etapa de nuestra relación" ¿cómo resolvimos aquella
situación?, ¿qué sugerencias daríamos a padres y madres que sufren esa
violencia?.
- Mi hijo me pega.
- Mi hijo de 2 años nos pega
¿qué debemos hacer?.
- Me pega.
- Papá, mi hijo me pega.
- Aterrorizados en su propia
casa.
- Cuando tu hijo te pega.
- Qué hacer cuando tu hijo pega
o le pegan.
- Cuando llega la hora de poner
límites.
- Rabietas: ¿qué hacer si mi
hijo me pega?.
- Mi hijo de 6 años me pega
¿qué hago?.
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