
¿Qué son las "actividades extraescolares"?.
Son aquéllas en las que los niños y niñas del centro escolar realizan fuera
del horario lectivo (por las tardes, generalmente) y en las cuales se ofrece
formación complementaria a los conocimientos académicos:
- Refuerzo de algunas materias
académicas (idiomas, matemáticas, informática,...).
- Práctica de deportes: artes
marciales, fútbol, baloncesto, natación,...
- Actividades de teatro,
manualidades, música, danza,... y otras actividades artísticas.
- Aprendizaje y práctica de juegos
de mesa: ajedrez, damas,...
- Actividades al aire libre:
acampadas, senderismo, excursionismo,...
- ...
La oferta es tan variada como sea la demanda y los medios materiales para
poder ejecutar esas actividades. Por lo tanto, que se pongan en marcha o no
dependerá de que las elijamos o no y de que el colegio las pueda ofrecer
atendiendo a las posibilidades económicas y de instalaciones con que cuente el
centro escolar... salvo que elijamos otros espacios ajenos al centro docente en
el que estudian nuestros hijos.
Cuando los niños son muy chiquititos solemos elegirlas los padres y madres
y a medida que nuestros hijos van creciendo son ellos quienes deciden "qué
actividades quieren realizar" (así suele ser, generalmente).
Nuestra propuesta es que dialoguemos al respecto y dejemos elegir a nuestros hijos la actividad que desean realizar; podemos orientarles, darles
información de cada una de ellas o pedirles que la obtengan ellos en su propio
colegio,... incluyendo en esa información la normativa que haya en cada una de
ellas y las condiciones para cambiar de unas actividades a otras, etc... y
luego dialogar con ellos al respecto para finalmente llegar a la toma de
decisiones de la forma más autónoma y responsable posible.
¿Por qué?. Por varias razones:
- Porque esta libertad para
elegir ellos estas actividades es darles a entender que "hay que
pensar bien la decisión a tomar porque una vez tomada deberán asumir todas
las consecuencias de esa elección". Con esto les estamos enseñando a
pensar y hacer uso de su libertad de manera responsable.
- Porque hay que trabajar también
el lado afectivo de nuestras actividades: desarrollar los gustos,
habilidades o inclinaciones a realizar unas actividades y no otras
en un momento determinado. A los padres podrá parecernos que
"debieran elegir otras"... pero quizás la elección de nuestros
hijos responda más aún a lo que ellos andan buscando, es una apetencia que
les surge de dentro y necesitan vivirla.
- Porque es un enriquecimiento
mutuo: con esa decisión tomada y su posterior vivencia nos aportará a
todos, hijos y padres, un espacio nuevo en el que exploramos juntos,
desarrollamos la capacidad de adaptación a algo no esperado -en nuestro
caso si acaso queríamos otra cosa- y el disfrute de una actividad que se
está realizando con libertad y responsabilidad -caso de nuestros
hijos-.
- ...
¿Y si se cansan y luego las quieren dejar?.
Pues... puede suceder, naturalmente. Si llega el caso, recordemos a
nuestros hijos la fase anterior a la decisión tomada y planteémosles:
- ¿Por qué quieres dejar la
actividad?. Escuchemos bien su respuesta porque puede suceder que esa
explicación nos dé pistas sobre unas causas que se pueden atajar y
resolver con facilidad.
- ¿Para qué quieres dejarla?. Con
esta cuestión les estamos planteando lo que supuestamente quieren
conseguir al dejar esa actividad... y quizás podamos aportar elementos de
reflexión que orienten mejor sus expectativas.
- ¿Qué hablamos de esto antes de
que decidieras elegir esta actividad?, ¿qué normas tiene el desarrollo de
esas actividades?, ¿a qué nos comprometimos?. Y razonemos sobre ello con
calma y tratemos de que nuestros hijos comprendan la necesidad de asumir
lo que "tomar una decisión" significa. Nuestros hijos necesitan
comprender que hay unas "reglas" que deben ser respetadas y que
no pueden romperse a capricho sin más porque afectarán negativamente al
conjunto de personas con quienes adquirimos un compromiso... y ya
cambiaremos de actividad cuando ello sea posible según esas "reglas
del juego".
- Finalmente, preguntemos: ¿Qué podemos hacer ahora?, ¿qué crees que es mejor?. Y si en esta respuesta y en las anteriores vemos que nuestro hijo está viviendo muy mal la situación... es entonces cuando nos convenga facilitar el cambio a otra actividad en la que se pueda desarrollar mejor. Si por el contrario vemos que ha resuelto sus miedos, trabas, etc... animémosle a continuar; sólo hemos hecho un alto en el camino.
¿Y si los padres vemos que necesitarían más ciertas actividades que otras?.

Bueno, siempre cabe la "mano izquierda", la negociación:
- "Mira hijo, vale, tú eliges la que más te guste de todas y
nosotros, papá y mamá, lo aceptamos y además te ofrecemos la posibilidad de
mejorar en ..... para que la puedas disfrutar mucho más cuando veas que por fin
la dominas a la perfección, así que te proponemos que te apuntes también
a....". ¿Hacemos el trato?".
Cada cual vea cómo hacer, no hay recetas pero el diálogo entre padres e hijos y el buen entendimiento será siempre clave para cualquier choque de intereses.
Conclusiones.
- Intentemos siempre, por todos
los medios, que nuestros hijos se sientan a gusto con aquello que
emprenden; si lo llevan como una carga más... de nada les va a servir
salvo para generar más rechazo todavía a eso que realizan.
- No utilicemos las actividades
extraescolares como una guardería para nuestros hijos sino como un espacio
complementario para su formación integral, para su desarrollo personal,
tan importante como cualquier otra tarea de sus vidas.
- Menos aún las empleemos como
una manera de "tenerlos ocupados en lo que fuere, la cuestión sea que
no nos den la tabarra en casa"; no, por favor. Más bien utilicemos
estos espacios para ese desarrollo personal mencionado anteriormente y
como una ocasión de explorar facultades, descubrir y desarrollar
potencialidades y, sobre todo, que nuestros hijos se sientan realizados en
ellas.
- Las actividades extraescolares
tienen intencionalidad educativa, por lo tanto intervengamos en ellas de
esa misma forma, obtengamos provecho de ellas nosotros también.
PARA LA REFLEXIÓN EN FAMILIA:
- ¿Conocemos la oferta de
"actividades extraescolares" del colegio en el que están
nuestros hijos y las condiciones concretas para su desarrollo?.
- ¿Desearíamos que hubiera mayor
oferta de actividades extraescolares?, ¿qué podríamos hacer para
lograr esa mayor diversidad?.
- ¿Cómo es nuestra experiencia en
este asunto?, ¿logramos un buen entendimiento entre nosotros y nuestros
hijos?. ¿Cómo lo resolvemos siempre?, ¿qué nos ayuda, qué nos dificulta?.

PARA AMPLIAR, CONTRASTAR O PROFUNDIZAR:
- Actividades extraescolares
para niños.
- Actividades extraescolares y
sus beneficios.
- La elección de las actividades
extraescolares.
- Actividades extraescolares
para niños de 6-7 años.
- Actividades extraescolares:
¿beneficio o estrés?.
- Mi hijo va a actividades
extraescolares.
- Elegir las actividades
extraescolares.
- ¿A qué le apunto?.
Actividades extraescolares.
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