El
móvil y otras pantallas hacen muy fácil el acceso al porno, que es dañino y
perjudicial a varios niveles y puede y debe limitarse.
Ya no
son sólo las asociaciones cristianas o conservadoras, sino todo tipo de
sectores sociales, los que van entendiendo que la invasión de pornografía fácil
accesible en móvil e Internet a todas horas provocan graves daños a niños,
adolescentes, jóvenes y también a adultos.