Ser "asertivos" en el lenguaje, en nuestra forma de comunicarnos con los demás, es una habilidad que se puede aprender y aportar grandes beneficios tanto en las relaciones laborales, como sociales, de amistad, de pareja y también con nuestros hijos.
Esta habilidad genera la afirmación
propia y la de aquél con quien nos relacionemos; hace que los demás se sientan
más a gusto con nosotros porque somos más transparentes, más claros al
comunicar los pensamientos y sentimientos; aumenta la confianza en uno mismo y
en los demás, reduciendo las posibilidades de agresividad y sumisión;
incremente el autocontrol de las emociones y de las reacciones.