Hace
unos días leía un artículo titulado “Urge
vivir una espiritualidad política desde lo común”. Se compuso
utilizando el formato de una entrevista hecha a Emma Martínez Ocaña,
buscadora
incansable, apasionada por hacer verdad ese sueño de Jesús por un
mundo más justo, esta “joven” teóloga es Licenciada en Historia
y Teología Espiritual, Psicoterapia individual y de grupo,
especialidades a las que, desde hace más de veinte años, dedica
gran parte de su tiempo, así como a orientar encuentros de silencio,
meditación y talleres de integración psicoespiritual.
La
entrevista se centra en primer lugar en dejar claros los términos
“espiritualidad” y “política” para luego entrar y explicar
la gran relación que hay entre ambos términos hasta el punto de
que, según Emma, una cosa no se entiende sin la otra. Es
decir, aboga por redescubrir el valor de la conexión de todo cuanto
somos, lo que nos envuelve en todas sus formas y por lo tanto de
todos nuestros quehaceres.