Este
paradigma propone que los adultos trabajemos en nosotros mismos para llegar de
una forma más compasiva a los niños.
Abordar
en pocas palabras qué es disciplina positiva es un gran desafío para mí. Lo
intento y quedo a disposición en comentarios para seguir conversando. Las
historias de los niños, relatadas por los adultos, pasan de los tintes más
tiernos a los más abrumadores. No hay educador que no vea empañadas sus
relaciones con la infancia, de manera más o menos asidua. En ocasiones,
incluso, nos vemos en el centro de un remolino sin saber cómo vamos a salir del
enredo. Educar no es fácil.